Los riesgos del football americano en ligas colegiales ha vuelto al centro del debate en Estados Unidos a raíz de la muerte, esta semana, de tres jóvenes que practicaban este deporte. Tom Cutinella, de 16 años, se convirtió en la tercera víctima fatal en los últimos siete días luego que otros dos adolescentes –de 17 años- fallecieran cuando realizaban entrenamientos.
Las muertes han causado conmoción, aunque no han sorprendido: en la última década se ha registrado un promedio de 12 colegiales muertos cada año en este deporte.
La cifra surge de un estudio del Centro Nacional de Investigaciones sobre Lesiones Catastróficas en el Deporte, de la Universidad de Carolina del Norte. El informe refleja que, en promedio, cada año mueren tres jóvenes por lesiones vinculadas con la práctica de este deporte, como fractura de la columna o heridas en la cabeza.
Adicionalmente, dice la investigación, otros nueve fallecen por causas relacionadas con el entrenamiento, como por ejemplo complicaciones de una lesión que no es mortal o por alguna condición médica no diagnosticada.
"Contacto típico"
La más reciente víctima, Tom Cutinella, que jugaba posiciones de defensa, sufrió una herida en la cabeza producto de un "contacto típico", según se informó. El director de deportes de su escuela secundaria abrió una investigación sobre el incidente y ordenó una revisión de los equipos de protección que utilizan los jugadores. Aun cuando se trata de ligas colegiales, los jóvenes pueden chocar contra sus oponentes a alta velocidad decenas de veces durante un juego o una sesión de entrenamiento.
Tanto los jugadores a nivel universitario como los profesionales pueden sufrir efectos permanentes por la práctica del deporte, desde daños crónicos en las articulaciones y dolor de espalda hasta pérdida de la memoria.
El viernes de la semana pasada, Demario Harris, jugador del colegio Charles Henderson de Alabama, se desmayó luego de derribar a un contrincante. "No parecía haber nada dramático", les dijo su entrenador, Brad McCoy, a los medios de comunicación locales. "El comenzó a caminar para reagruparse con el equipo y de repente colapsó".
Según McCoy, los médicos explicaron que la causa de la muerte fue la ruptura de un aneurisma cerebral que ya tenía el joven. Sin embargo, el padre de Harris dio otra versión del hecho: "Al contrario de lo que varios medios señalan, mi hijo tuvo una hemorragia cerebral causada por el golpe que recibió en el partido, no por la ruptura de un aneurisma".
Para él, su hijo pudo haber tenido una lesión previa, pero no hay manera de saberlo en este momento. Ese mismo día Isaiah Langston, jugador del colegio Rolesville, en Carolina del Norte, también se desmayó mientras se entrenaba antes de un partido y murió este lunes. Su hermano informó que aún se desconocía la causa de su deceso, pero que se presumía que se debió a un coagulo en el cerebro.
BBC