KANSAS CITY – Jarrod Dyson hizo saltos mortales en el césped del infield. Sus compañeros de los Reales de Kansas City saltaban de felicidad en medio del diamante del Kauffman Stadium y Sluggerrr, la mascota de los Reales, corría velozmente hacia la lomita cargando la bandera de su equipo lo más alto que podía.
Hubo una breve pausa en medio del caos cuando los Reales se quitaron sus jerseys de juego para vestir sus nuevas franelas de campeones de la Serie Divisional de la Liga Americana con las frases "Nuestro Año" y "Nuestro Momento" escritas en el pecho, pero la celebración se reanudó rápidamente. Realmente estaba ocurriendo.
Los Reales vencieron a los Angels por pizarra 8-2 para completar la barrida en tres juegos en la Serie Divisional de la Liga Americana para así dar pie a la mayor fiesta que se ha visto en este estadio en casi tres décadas. Los Reales se enfrentarán a los Orioles en el primer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana que comienza este viernes en Baltimore, pero ahora, es momento de celebrar. "Estoy tan feliz y hay que darle gracias a Dios", dijo el pitcher de los Reales Yordano Ventura.
"Esta fue una victoria tan importante para todos nosotros y para la ciudad de Kansas City. Jugamos duro y las cosas terminaron como nosotros queríamos. Tenemos que seguir jugando como lo hemos hecho hasta ahora". Dentro del clubhouse ganador, los peloteros se juntaron en el medio del vestidor y empezaron a cantar "Ahora, ¡Seguimos!, ahora, ¡Seguimos!, ahora ¡Seguimos!".
Hubo choques de cinco, abrazos y los vestidores estaban cubiertos con sábanas de plástico. Botellas y botellas de champaña dijeron presente. Kelvin Herrera corrió regando espumante a todo el que se atravesara, pero no era el único. "Esto es increíble y no tengo palabras para describir cómo me siento en este momento", dijo el cátcher de los Reales Salvador Pérez. "Estoy tan contento por nuestro equipo, nuestra organización y esta ciudad. Quiero agradecer a todos los fanáticos por su apoyo porque los escuchamos".
Los televisores en el clubhouse mostraban a los compañeros de equipo en el terreno, corriendo frente a la zona de seguridad y celebrando con los aficionados. En un rincón, la leyenda de los Reales George Brett estrechaba manos con cada jugador con quien se topaba en el pasillo. Brett es tratado como rey en el Kauffman Stadium, pero sabía que la celebración le pertenecía a los jugadores en el terreno. De forma similar, el gerente general de los Reales Dayton Moore ocasionalmente entraba y salía de la oficina del entrenador, asimilando el ambiente y dejando que sus pupilos disfrutaran las candilejas.
"Estamos sumamente felices de llegar a esta segunda parte", dijo el shortstop de los Reales Alcides Escobar. "Tenemos que seguir haciendo lo que hemos venido haciendo para la próxima serie. Estamos jugando muy bien y ahora se trata de una serie a siete juegos. Tenemos que aprovechar este momento". Las imágenes del partido fueron tan memorables como la celebración. Y hubo muchas de ellas para disfrutar.
¿Quién puede olvidar el doble barrebases de Alex Gordon en el primer inning? El estacazo le dio a los Reales la ventaja 3-1 y sacó al abridor de los Angelinos C.J. Wilson del encuentro. La estampa de Billy Butler corriendo las bases con Gordon no muy detrás de él, estará por siempre impresa en el corazón de la leyenda del béisbol en Kansas City. También tenemos el cuadrangular impulsor de dos anotaciones de Eric Hosmer que viajó profundo al left center en el tercer episodio, el cual puso la pizarra 5-1 a favor de los Reales, desatando inmensa felicidad en el dugout del home club.
¿Qué estaba gritando Hosmer a sus compañeros después del jonrón? No importó, pero fue fuerte e intenso. Butler tomó pasaporte con seis lanzamientos y se robó la segunda base. Repetimos: Butler se robó una base, en un juego real, en los playoff. No había estafado una almohadilla desde el 5 de julio de 2012. "Fue la única vez en la que tenía la luz verde por lo que debí aprovecharme de ello", dijo Butler.
También está el largo bambinazo de Mike Mooooustakas y Big Game James Shields haciéndole honor a su apodo, flexionando sus músculos luego de ponchar a Chris Iannetta para darle fin a la parte alta del sexto en su lanzamiento número 105 del juego, además el último de la noche para él. Piensen en Lorenzo Cain. Una y otra vez.
El jardinero central hizo otra atrapada espectacular, esta vez de una conexión de Albert Pujols en el quinto inning, y patinó unas cinco yardas con la pelota en su guante. Cain hizo otra gran atrapada mientras corría en la jugada siguiente, empuñó ambas manos y gritó durante todo su camino al dugout. Se convirtió en el retrato de la defensiva. Y durante todo el juego, los fanáticos de los Reales, vestidos de pies a cabeza en cada tonalidad de azul imaginable, rugieron, alzando sus toallas azules y blancas mientras cantaban "Vamos, Reales".
Luego irrumpieron con "Creo que Ganaremos", coro hecho famoso por las selecciones nacionales de fútbol de los Estados Unidos, apropiándose del mismo. "Los fanáticos fueron tremendos", enfatizó Butler. "Fue increíble. Son apasionados y tienen todo el derecho de serlo. Les estamos dando un buen producto en el terreno y están respondiendo, aún mejor de lo que jugamos. Estuvieron tremendos".
Por Jesse Sánchez / MLB.com