Histórica la temporada de José Dariel Abreu.
Batear es lo más difícil en el béisbol y más cuando se hace de novato en la mejor liga del mundo. A eso le podemos agregar que el pelotero a que nos referimos lo ha hecho sin haber pasado por Ligas Menores, directo de las Series Nacionales con un periodo de inactividad de alrededor de seis meses después de su escape de la isla y los trámites imprescindibles antes de firmar con un equipo de Grandes Ligas.
Ese recio bateador responde al nombre de José Dariel Pito Abreu. Toletero de gran calidad en la pelota cubana, donde lo logró todo y solo le faltaba probarse en la gran carpa del béisbol norteamericano. He seguido la carrera y progresos de este ídolo de Cruces, Cienfuegos, desde que tenía 14 años de edad, quien tuvo entre sus principales entrenadores a Héctor Olivera, Antonio Muñoz, Pedro José Cheíto Rodríguez e Iday Abreu, pero no es el tema que nos ocupa hoy.
Quiero detenerme en la tremenda temporada del 2014 en el béisbol de Grandes Ligas. “El Cañón” fue la figura cimera del equipo Medias Blancas de Chicago. Previo a su inicio muchos comentaron y especularon sobre el salario de $68 millones en seis temporadas y la mayoría puso en duda que tuviera una buena campaña. Personalmente le auguré 25-30 jonrones, cerca de 100 carreras impulsadas y alrededor de 290 de promedio.
Sin embargo, yo también me equivoqué, pues Pito Abreu sobrepasó en 25 puntos mis pronósticos en average, y en siete los jonrones e impulsadas. Estos buenos augurios los hice considerando que Abreu ha sido el mejor bateador que se ha ido de Cuba, y en su mejor momento.
El fornido primera base tuvo también buen desempeño defensivo en 110 partidos (jugi 35 como bateador designado) en los que compiló para .994 en 1045 lances, 105 doble plays y 69 asistencias. Pero ofensivamente fue tanto su palmarés que nos lleva a hacer algunas consideraciones.
Nunca un pelotero proveniente de las Series Nacionales cubanas ha tenido una temporada en Grandes Ligas como la de Abreu, ni siquiera la de Kendrys Morales en el 2009. Como novato ningún bateador surgido y desarrollado en la pelota jugada en Cuba después de 1962, ha tenido el soberbio rendimiento del cienfueguero.
Digo más, ningún pelotero nacido en Cuba ni cubano americano ha logrado en su primer año lo que Abreu hizo integralmente a la ofensiva. Ahí incluyo la temporada de 1964 de Tony Oliva y José Canseco en 1986.
El autor con José Dariel Abreu
Fue mejor a la de Oliva en jonrones, impulsadas y slugging. Y solo inferior a la de Canseco en anotadas e impulsadas, pero con 12 juegos y 44 turnos menos. Ya dentro de la organización de los Medias Blancas, la suya ha sido la mejor campaña para un novato, estableciendo varios records. De hecho es el primer jugador novato de ese equipo de la “ciudad de los vientos” en acumular 30 jonrones, 100 impulsadas y 300 de average.
En todas las Grandes Ligas es el primero en hacerlo desde el 2001 en que lo hizo el estelar dominicano Albert Pujols. Como rookie la suya puede ser catalogada como la tercera mejor de todos los tiempos, detrás de la de Ted Williams en 1939 y la mencionada de Pujols. En toda la historia (no me refiero ya como novato) la de Abreu ha sido una de las mejores diez temporadas de cubanos y cubano americanos en MLB (tal vez la séptima), solo comparables algunas que tuvieron Rafael Palmeiro, José Canseco, Tany Pérez, Luis González (2001) y la mencionada de Kendrys Morales.
En este 2014 Abreu de seguro será elegido el Novato del año, pero también puede discutir el bate de plata en primera base con la estrella Miguel Cabrera, a quien superó en la mayoría de los principales departamentos e indicadores ofensivos, con excepción de las carreras anotadas y los dobles.
Además, Pito fue uno de los mejores cinco bateadores de la Liga Americana de forma integral que lo llevaría a la votación del MVP entre el tercer y quinto puesto. El fornido toletero derecho terminó líder en slugging con 581, segundo en total de bases con 323 y OPS con 964, tercero en jonrones con 36, cuarto en impulsadas con 107, extrabases con 73, boletos intencionales con 15 y pelotazos con 11, quinto en average con 317 y OBP con 383, décimo en dobles y onceno en hits.
Su actuación hubiera sido superior si no sufre la lesión en el mes de mayo que le hizo perder 14 partidos en uno de sus mejores momentos y por tanto entre 4 y 5 cuadrangulares, entre otros guarismos ofensivos. José Abreu fue desde que llegó fue una sensación al ser el mejor novato de los meses de abril, junio y julio. Fue elegido el mejor jugador de la última semana de abril y el mejor de los meses de abril y julio, con marcas como novato y para los Medias Blancas. Tuvo tres rachas de 14 o más juegos bateando de hits, único en ambas Ligas, con 18, 21 y 14, esta última cortada el 17 de septiembre. También fue elegido para participar en el Juego de Estrellas.
En ese momento compilaba 292 (había subido 20 puntos en los anteriores 16 juegos) con 20 dobles, 29 jonrones y 73 impulsadas. Sin embargo después de esa jornada bajó en cuanto a fuerza al bate con apenas 3 jonrones en agosto e igual cifra en septiembre. Aunque siguió subiendo un mundo en cuanto a promedio, hits y dobles. En average fue el mejor en esa etapa con 350 en 234 turnos y 63 juegos, superior incluso al 349 de José Altuve.
Como aspecto a revisar y limarle está su merma en factores de slugger en los últimos dos meses de temporada. A su favor esta todo lo que hemos dicho y que nunca había jugado a este nivel ni tantos partidos en un campeonato. Además, ver sus ajustes frente a lanzadores y pitcheos y verse cada vez mejor en cada turno al bate. Le dio cuadrangulares inmensos por todas las bandas y tremendas líneas a pitchers derechos y zurdos, estelares y de menor calidad.
También su evidente profesionalidad y ansias de triunfar y ser mejor cada día. Abreu nos ha regalado una gran actuación que nos enorgullece.
Por Fernando Rodríguez Álvarez/ especial para PasionMagazine.com
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