Puede ser con Victoria's Secret, Chanel o Carolina Herrera. No importa la fragancia, sea de mujer u hombre, pero a Salvador Pérez le gusta perfumarse cuando sale a jugar. "Todo lo que tenga por ahí me lo echo encima", dijo Pérez, el efervescente receptor venezolano de los Reales de Kansas City.
Si bien apenas batea para .118 en los playoffs, Pérez es señalado como un líder indiscutido dentro del equipo que desde hoy martes disputará su primera Serie Mundial desde 1985.
Su sencillo en el duodécimo inning fue el hit que sentenció la victoria ante Oakland en un vibrante juego de wildcards de la Liga Americana, poniendo en marcha la racha de ocho triunfos en fila de Kansas City en esta postemporada. Pero es ante todo el alma del camerino, con sus bromas y constante sonrisa. Pérez enfrenta en el Clásico de Otoño a los Gigantes de San Francisco, que tienen a otro venezolano alegre.
"Somos locos, somos divertidos", indicó el tercera base Pablo Sandoval, amigo de Pérez. "No nos dejamos caer el ánimo, ni dejamos que nuestros compañeros estén de mal humor". Eso puede atestiguarlo Lorenzo Cain. La cuenta de Instagram de Pérez parece tener el objetivo principal de torturar al jardinero central, al difundir los videos que el venezolano capta furtivamente de su compañero cuando éste menos se lo espera.
"A Lorenzo lo quiero como si fuera mi hermano, pero no le gusta salir en cámara. Es tímido", dijo Pérez, quien se apoderó de un micrófono durante una ronda de entrevistas con los periodistas para rogarle a Cain que le dijera a los presentes cuánto cariño le tiene.
Más allá de su trascendencia dentro del engranaje de los Reales, por ser el cátcher que bloquea todo lo que llega el plato y cuya presencia es esencial para el desempeño de los lanzadores, Pérez disfruta con el título no oficial de máximo bromista del equipo. "Me gusta estar contento. No quiero gente amarga cuando juego. Quiero que todos disfruten del momento y esta Serie Mundial hay que disfrutarla".
De vuelta al tema del perfume, Pérez calcó el ejemplo del también venezolano Alcides Escobar, el torpedero de los Reales. Fue por pura cábala según cuenta el receptor de 24 años, los umpires del plato no tardaron en detectar la fragancia y les gustó.
"Una vez, un umpire me dijo que olía bien. Uno suda y huele feo. Hay que echarse algo", relató Pérez. A sus 24 años, Pérez ya cuenta con un par de selecciones al Juego de Estrellas y un Guante de Oro a la excelencia defensiva. Fue el receptor que más juegos disputó durante la temporada regular en las mayores, un total de 146.
El manager de los Reales Ned Yost dijo recientemente que Pérez tiene el potencial para emular los logros de Iván Rodríguez, el receptor puertorriqueño que ganó 13 veces el Guante de Oro: "Salvador puede terminar como uno de los mejor cátchers latinoamericanos de todos los tiempos".
Pero los Reales necesitan cuidarle. Su estatura de 1,92 metros (6,3 pies), más alta de lo habitual para un cátcher, le expone a recibir el impacto de un swing perdido de los bateadores. Recibió un golpe en el casco cuando el artillero Josh Hamilton completó un swing en el segundo juego de la serie de primera ronda contra los Angelinos. Siempre bromista, Pérez insiste que adora jugar en su posición: "Siempre sales en la televisión".
AP