El brote de ébola que ha sacudido España y la consiguiente marejada de pánico más o menos controlado, puede tener sus ecos en el fútbol. Fenómeno globalizado como pocos, los partidos internacionales que en este parón de selecciones se disputarán en África tienen en vilo a tres equipos del fútbol profesional.
Ondoa, del Barcelona B, Mbia, del Sevilla y Raoul Loe, de Osasuna, que han viajado con la selección de Camerún para jugar un doble partido contra Sierra Leona (ambos encuentros serán en Yaundé) y Cedrick, también de Osasuna, que juega con República del Congo.
“Hay preocupación”, reconoce Patxi Ciprián, jefe del área médica del club navarro, que conduce de vuelta a Pamplona tras una reunión en la LFP entre los médicos de Primera y Segunda. “Los afectados ya hemos estado hablando”, reconoce, pese a que el motivo de la reunión era otro. Osasuna es el conjunto más ‘afectado’, pues envía a dos hombres a África.
“Los protocolos que hemos adoptado son los que dicta la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad. Hemos hecho énfasis en recordarles las medidas de higiene para prevenir contactos que podrían ser peligrosos”, explica Ciprián. “Aunque ellos están bien al tanto de lo que ocurre”. "Le hemos dado recomendaciones generales, sobre todo de higiene, ya que el ébola no se puede transmitir como la gripe. Haría falta que el contacto fuese directo, y no es tan fácil el contagio", abunda Juan José Jiménez, doctor del Sevilla, explicando las instrucciones a Mbia. Según la OMS, Camerún, donde se jugarán ambos partidos, no es un país de riesgo. “Aquí estamos tranquilos”, asegura Jacques Songo’o, legendario portero del Deportivo y que ahora entrena a los guardametas de la selección.
“En Camerún no hay ébola”, zanja. El doctor Ciprián no airea ningún temor a dejar a los futbolistas en manos de la Federación de su país. “Allí van a estar más que vigilados”. Sí que representa más inquietudes Sierra Leona, uno de los países donde más ha golpeado el virus, pero sólo un futbolista que juega en la competición local está entre los convocados. Hay un denominador común entre Osasuna, Sevilla y Barcelona. Saben que envían personas sanas, pero indefectiblemente tendrán que corroborarlo a la vuelta de las respectivas concentraciones.
¿Se van a incorporar nada más llegar?
“Esa es la pregunta clave…”, reconoce Ciprián, que apunta a que tanto Cedrick como Loe retomarán los entrenamientos a su vuelta. “En principio sí, habrá que ver si se genera mucha alarma, pero la idea es que sí”, explica. "Los jugadores se informan, pero en ningún caso ha cundido el pánico sobre este asunto", intercede el médico del Sevilla.
Cuando vuelvan de África, los futbolistas serán sometidos a controles de temperatura, medir si ha podido aparecer fiebre y las medidas recomendadas por los organismos internacionales y nacionales. “Encima es una época complicada porque hay gripes… y a nivel general no se podría andar haciendo todas las pruebas a cualquier persona que vaya con unas décimas”, abunda a nivel general Ciprián.
"Cualquier evento deportivo podría ser muy peligroso"
Pese a que las Federaciones han estado ágiles para esquivar territorios de alto riesgo como Guinea o Sierra Leona, un punto de preocupación ronda a los clubes implicados, como reconocía el médico de Osasuna, que tendrá por el continente africano a Loe y Cedrick.
El Sevilla ha cedido a Mbia y el Barcelona a Ondoa. “Cualquier evento deportivo podría ser peligroso para un contagio”, explica Javier Arranz, especialista en enfermedades tropicales y miembro de SEMFIC (grupo de infecciones de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria”.
El médico, que en primer lugar arroja tranquilidad sobre los destinos a los que viajan los futbolistas (Camerún y Congo), respectivamente, sí reconoce que un evento deportivo, en condiciones de riesgo, podría ser una bomba de relojería tanto para los futbolistas como para los espectadores. “El sudor, el contacto, heridas que se puedan producir con sangre, son elementos que podrían transmitir el ébola”, relata.
A nivel de los aficionados, la gran concentración de personas en espacios reducidos también multiplica las posibilidades de transmisión. Para prevenir esto, el partido que se debía de jugar en Sierra Leona ha sido deslocalizado a Camerún, mientras que el encuentro que iba a jugar Guinea como local se jugará en Casablanca. Además, no podrán jugar futbolistas que estén participando en las competiciones locales. Con estas medidas preventivas, Arranz se muestra tranquilo. “Veo cero riesgo”, dice. “Si lo hubiera de verdad ni los clubes que pagan, ni las propias federaciones iban a estar tan tranquilas”.
Para Arranz, hay un peligro mucho más real que el ébola, ahora que ha comenzado en países como Camerún la época de lluvias. “El peligro puede ser más la malaria que el ébola”.
Por Iñaki Angulo/lainformacion