NUEVA YORK (AP) — Lo primero que se antoja por una final entre Kei Nishikori y Marin Cilic en el Abierto de Estados Unidos es descalificarla por el discreto perfil de sus dos protagonistas. Grave error. El duelo entre estos dos debutantes en la definición de un Grand Slam no tendrá el abolengo que dispensan los nombres de Rafael Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray, pero no deja de ser fascinante. También marca el resquebrajamiento del monopolio que los "Cuatro Fantásticos" habían mantenido durante casi una década en las cuatro grandes citas de la temporada.
No es necesariamente el final de una era, sino una especie de reacomodo en la jerarquía del tenis masculino. Nadal, Djokovic y Murray, si las lesiones no se ceban con ellos, están en condiciones de seguir ganando títulos. Pero los menos "ilustres" le han perdido el miedo a los de arriba, algo que empezó a germinarse con la consagración de Stan Wawrinka en el Abierto de Australia. También asoman Milos Raonic y Grigor Dimitrov, semifinalistas en Wimbledon.
La de hoy lunes será una final de estilos contrastantes. Cilic, de 25 años, es un gigante croata que mide 1,98 metros (6,6 pies) cuyos tiros se asemejan a martillazos. Nishikori es el astuto japonés de 24 años, poseedor de un repertorio más variado. También reflejará que el tenis es un deporte global.
"Estoy feliz de hacer historia", afirmó Nishikori, el undécimo del ranking mundial y primer jugador asiático que disputa una final de Grand Slam. "Será un día sensacional para ambos", indicó Cilic, el 14to en el escalafón de la WTA y primer croata que alcanza esta instancia desde que su entrenador y compatriota Goran Ivanisevic se coronó en Wimbledon 2001. Suena increíble, pero hace un año Nishikori tuvo debut y despedida en el US Open, al perder en sets corridos ante Dan Evans, un británico que era el 179 del mundo y que debió sortear la fase previa para disputar el cuadro principal.
Esta es la primera vez desde que Albert Costa venció a su compatriota español Juan Carlos Ferrero en Roland Garros 2002 que dos jugadores fuera del Top 10 se topan en la final. Y el US Open no tenía a debutantes en la final de un grande desde la edición de 1997, cuando Patrick Rafter venció a Greg Rusedski.
Esa definición también la última con dos jugadores ajenos al Top 10. Otro detalle: esta es de la primera final de un Grand Slam con sendos debutantes desde que Nadal le ganó a Mariano Puerta en el Abierto de Francia 2005.
Ese fue el Slam que puso en marcha la voracidad del tridente Nadal-Federer-Djokovic, puesto que el partido que Marat Safin le ganó a Lleyton Hewitt por el título del Abierto de Australia en enero de 2005 fue el último sin que al menos uno de esos tres estuviera presente en una final. Nadal no pudo refrendar su título en este US Open por una lesión en la muñeca izquierda.
Treinta y cuatro de los últimos 38 trofeos de Grand Slam quedaron en manos de ese trío. "Es estimulante para el tenis tener rostros distintos de vez en cuando", declaró el suizo Federer, cuyo objetivo de conquistar su 18vo título de Grand Slam quedó desbaratado al sucumbir mansamente ante el croata Cilic el sábado.
"En cierta forma es como una bocanada de aire fresco". "Esto es enorme para Japón. Se trata de un gigantesco país, con más de 100 millones de habitantes", comentó el serbio Djokovic, quien perdió ante Nishikori en la otra semifinal. "Llevaba varios años tocando la puerta. Pero el que esté peleando por el título de un Grand Slam es algo completamente diferente".
Lo sorprendente de Nishikori ha sido su tenacidad y extraordinaria condición física a lo largo de estas últimas dos semanas en Flushing Meadows. Durante este año, Nishikori tenía contra las cuerdas a Nadal en el tercer set de la final del Masters de Madrid en mayo pasado, cuando debió abandonar set por una dolencia en la espalda.
Tampoco pudo presentarse el mes previo a una semifinal ante Djokovic en el Masters de Miami por culpa de una molestia en la ingle. Y había contemplado renunciar al US Open debido a que inicios de agosto fue sometido a una cirugía para removerle un quiste del pie derecho. "Ni sabía si iba a poder venir a Nueva York señaló Nishikori, quien tenía 14 años cuando se mudó a Florida para entrenar en la academia de Nick Bolletieri. "No tenía ningún tipo de expectativas".
Pero tomó la decisión correcta, alcanzando la final con victorias sucesivas ante rivales entre los seis mejores del mundo. Y a dos de ellos, Raonic y Wawrinka, les ganó en partidos que se fueron a cinco sets. "A Kei sólo le faltaba tener consistencia, la fortaleza física para jugar todos los torneos, ya que tiene el tenis para vencer a cualquiera", dijo el argentino Dante Bottini, su entrenador durante los últimos cuatro años. Nishikori también trabaja con Michael Chang, el estadounidense que tenía apenas 17 años cuando ganó el Roland Garros de 1989.
"Michael me ha ayudado mucho desde el final del año pasado, también en lo mental. Él y Dante se llevan bien y siente que soy más agresivo y juego con más confianza". "Michael aporta toda su experiencia como jugador", añadió Bottini. "Nos complementamos en lo que hacemos". En cuanto a Cilic, el croata había aparecido en escena en 2010, la temporada en la que alcanzó las semifinales de Australia y se entreveró en el Top 10.
Pero no pudo dar el siguiente salto y para colmo no pudo venir al US Open al tener que purgar una suspensión de cuatro meses por dopaje al dar positivo por el consumo de un estimulante del que dijo no identificó al comprar una tableta de glucosa en la farmacia. Alejado del circuito y con la tutoría de Ivanisevic, Cilic se abocó a entrenarse con más ahínco.
"Fue una etapa difícil, pero también con algo positivo. Maduré un poco más, no me quedé sin hacer nada", reflexionó sobre su suspensión. "También me ayudó a tener tiempo para incorporar nuevos elementos a mi tenis, que es lo que me ha ayudado a jugar tan bien ahora".
Por ERIC NÚÑEZ | AP