El mongol Yokozuna Hakuho está cerca de convertirse en el mejor luchador de sumo de la historia, tras conseguir este domingo su trigésimo primer título, tan solo uno menos de los que ostentaba el ya fallecido y legendario Taiho Koki.
"Solo quiero relajarme y saborear este triunfo por un tiempo", dijo el luchador, que compareció hoy en una rueda de prensa tras su triunfo en el Torneo de otoño de Tokio, sobre la posibilidad de igualar o superar las cifras del más prolífico "Yokozuna" (gran campeón).
Con esta victoria, Hakuho refuerza su posición como unos de los mejores luchadores de la historia de esta disciplina y continúa con la "maldición" que rodea al deporte más sagrado de Japón, en el que desde hace casi una década, concretamente desde 2006, ningún luchador local ha conseguido hacerse con un Gran Torneo (Honbasho).
Natural de Ulán Bator (Mongolia), Hakuho emigró a Japón cuando tenía 15 años para convertirse en luchador de sumo, inspirado por la figura de su padre, Jigjidiin Mönkhbat, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de México 1968 en la categoría de lucha libre.
Su debut profesional tuvo lugar en Osaka tan solo un año después de su llegada. En 2007 se postuló como el segundo luchador de Mongolia y el cuarto no japonés en alcanzar la categoría de "Yokozuna". Siete años después continúa imbatible sobre la arena y dispuesto a hacer historia en este deporte.
Los expertos consideran que es difícil saber cuánto más durará el dominio de los "no nipones", sobre todo porque para ello primero habrá que ver caer al campeón Hakuho, quien parece que seguirá marcando la diferencia durante los próximos años.
La victoria del mongol en el Torneo de Sumo de Otoño, la tercera Copa del Emperador consecutiva del "rikishi" de 29 años, parece reafirmar esta teoría y las predicciones que llegan desde hace tiempo de que el mongol se convertirá en "el luchador más importante de la historia", si sigue con la trayectoria actual.
EFE