Una masacre. Eso fue la final del Mundial, en la que EE UU demostró a todos su superioridad aplastando a Serbia (129-92) con un juego rápido, plástico, veloz y efectivo que no dio absolutamente ninguna opción a su rival.
Una exhibición en toda regla que deja claro que hoy por hoy hay un gran dominador del baloncesto mundial. El dominio de la selección norteamericana ha sido rotundo durante todo el campeonato. Pese a las importantísimas bajas y haber traído a España un equipo sIn las mayores estrellas de la NBA, la superioridad que ha exhibido en este Mundial ha sido incontestable partido tras partido.
Ninguna selección ha sido capaz de plantarle cara. El inicio del partido fue un espejismo, una ilusión, pues Serbia empezó mandando 5-12 en los primeros cinco minutos de partido. Con Teodosic al mando y una defensa inteligente, los de Djordjevic hacían soñar a todos con una final igualada. La realidad llegó con un parcial de 15-0 demoledor (¡en solo dos minutos!) que dio inicio a una exhibición.
Los norteamericanos empezaron a robar balones y a correr y la diferencia aumentaba exponencialmente. El acierto desde la línea de tres puntos cerró el cuarto con un demoledor 21-35 con una auténtica exhibición de EE UU.
El segundo cuarto mantuvo la tónica del inicio del primero. Dominio de los tableros, robos constantes y dos estrellas en racha: Irving y Harden. El partido se convirtió en un bombardeo constante de ambos jugadores, que se fueron al descanso con 17 y 18 puntos respectivamente, y una gran defensa y el dominio del rebote finiquitó la final en menos de 20 minutos. Un 60% en tiros de campo y casi un 70% en tiros de tres dejan claro el demoledor acierto del equipo dirigido por 'coach K' (41-67). Con el choque ya totalmente resuelto, era el momento de disfrutar.
Los americanos siguieron anotando sin descanso al ritmo de Irving y Harden y dominando los tableros, y los 100 puntos llegaron cuando aún faltaban casi dos minutos para el final del tercer cuarto. Eso sí, la relajación en la defensa de EE UU hizo que y Serbia lograra que la diferencia no aumentara en exceso.
El último cuarto solo sirvió para ver en qué barbaridad de puntuación dejaba la selección norteamericana el marcador. Al final fueron 129 y una diferencia de 37. Estados Unidos se llevó el oro por aplastamiento.
POR RAÚL RIOJA /20MINUTOS