El serbio Novak Djokovic, el número uno del mundo, no falló con los pronósticos y alcanzó por octava vez consecutiva las semifinales del Abierto de Estados Unidos al vencer 7-6 (1), 6-7 (1), 6-2 y 6-4 al escocés Andy Murray, octavo favorito, en el duelo de excampeones del último torneo de Grand Slam.
Djokovic, que buscará el pase a la final por sexta vez en 10 participaciones, se enfrentará en las semifinales al japonés Kei Nishikori, décimo favorito, que en su segundo partido maratoniano consecutivo se impuso por 3-6, 7-5, 7-6 (7), 6-7 (5) y 6-4 al suizo Stan Wawrinka, tercer preclasificado.
El duelo entre Djokovic y Murray, el vigésimo primero, no defraudó a los seguidores neoyorquinos, que aguantaron durante tres horas y 32 minutos los excelente intercambios de golpes desde ambos lados de la pista de los dos excampeones, que al final cayeron del lado del actual número uno del mundo.
Djokovic, que estableció nueva marca al estar entre los mejores ocho de un torneo de Grand Slam por vigésimo segunda vez consecutiva, incrementó la ventaja en los duelos frente a Murray al ponerse 13-8, incluidos 4-2 en torneos "Mayores".
Las dos únicas victorias de Murray en Grand Slam las consiguió en sendas finales que disputaron hace dos años en Nueva York, en cinco mangas, y en Wimbledon 2013, en tres seguidas. Djokovic, que había adelantado que cada vez está más motivado con las marcas y el jugar mejor, cumplió con lo dicho y estableció otra al convertirse en el séptimo jugador de la Era "Open" que alcanzó el número de 50 victorias en el último torneo de Gran Slam de la temporada.
El tenista serbio también se unió al suizo Roger Federer y al estadounidense de origen checo Ivan Lendl, con ocho semifinales consecutivas en el Abierto de Estados Unidos, solos superados por el local Jimmy Connors, que disputó 12 durante la Era "Open". Djokovic una vez más mostró su nueva estrategia de no hacer ningún tipo de desgaste físico innecesario y con su saque y subidas a la red fueron las armas que le abrieron el camino del triunfo, que sentenció a partir de los dos últimos sets, cuando Murray ya había hecho el mayor esfuerzo y lo máximo que pudo conseguir el 1-1.
Luego surgió el instinto "asesino" de los campeones, que posee mejor que nadie Djokovic, y barrió a Murray en la tercera manga con dos roturas de saque y lo sentenció en el cuarto, en el que esperó con paciencia a que el tenista escocés hiciese el desgaste de las últimas fuerzas físicas que le quedaban.
Ambos tenistas mantuvieron el saque hasta el décimo juego cuando Murray comenzó a tener problemas con el primer saque, no le entró ninguno, y Djokovic se dio cuenta que estaba listo para asegurar al triunfo y lo hizo de forma contundente. Djokovic, que ganó el Abierto de Estados Unidos en el 2011, comenzó con parcial de 0-30 y aunque Murray, que fue el campeón al año siguiente, hizo el 15-30, ahí se acercaba el final de su décima participación en el último torneo de Grand Slam.
El número uno del mundo consiguió de nuevo con su resto impecable y colocado el 15-40 y en la primera pelota de partido aseguró la victoria al devolver el segundo saque flojo de Murray que vio como su revés se fue contra la red, mientras que Djokovic, seguro que ya había ganado, se encontraba de camino en la mitad de la pista para saludar al perdedor.
El próximo rival, Nishikori, si consigue recuperar de los dos maratonianos partidos de más de cuatro horas cada uno, los de mayor duración en lo que va de torneo, puede que le dé a Djokovic más problemas de los que tuvo frente a Murray a partir del segundo set. El duelo entre Djokovic y Nishikori será el tercero, con reparto de triunfos, y aunque tendrían que haberse enfrentado en las pasadas semifinales del Masters 1000 de Miami, el tenista japonés no se pudo presentar al estar lesionado.
Pero esta vez ha demostrado que está completamente recuperado al alcanzar por primera vez en su carrera profesional las semifinales de un Grand Slam. Si el duelo de octavos de final contra el canadiense Milos Raonic estableció la marca del Abierto de Estados Unidos de un partido que más tarde ha terminado, las 2:30 de la madrugada del día siguiente a la jornada anterior, frente a Wawrinka vio anochecer también en Nueva York después que había comenzado el partido con pleno sol.
Al final, Nishikori volvió a prevalecer con su tenis de lucha permanente, sin dar por perdido un solo punto, y además sin que el marcador afecte para nada su moral. Eso fue lo que hizo posible, que a pesar de ganar cuatro puntos menos que su rival 177 por 181 consiguiese la victoria, en un partido donde las estadísticas mostraron la igualdad en cada una de las facetas del juego.
El servicio estuvo parejo para ambos, de hecho cedieron el mismo número de puntos de "break", y aunque Wawrinka consiguió más golpes ganadores al final también cometió más errores no forzados y Nishikori encontró el camino de asegurar los puntos decisivos.
Al final la victoria puso a Nishikori al lado de su compatriota Jiro Satoh, que en 1933 fue el último que disputó una semifinal de Grand Slam, y lo hizo en Wimbledon. Mientras que su compatriota Ichiya Kumagae fue el primero que la alcanzó en el torneo estadounidense, en 1918 cuando todavía no estaba establecida la Era "Open".
EFE