Sin Cristiano Ronaldo el Real Madrid se la pegó en Anoeta con un 0-2 de ventaja. En Riazor estuvo el portugués y la respuesta del equipo fue muy diferente. Hizo tres goles, pero lo más importante es que con CR7 en el campo este equipo no se relaja ni se confía.
El Real Madrid no pisó el acelerador ante el Deportivo. No le hizo falta volverse loco ni asumir riesgos para irse al descanso con tres goles de ventaja. Casillas no recibió ni un solo disparo en el primer periodo, no tuvo trabajo y esto, tratándose de Riazor, un campo en el que el equipo madridista vivió un infierno durante diecisiete años es significativo.
Este Deportivo venía de ganar al Eibar en su campo y fue un equipo blando y plano. Los equipos de Víctor Fernández suelen transmitir buenas sensaciones, se caracterizan por el buen trato de la pelota, por ser valientes y asumir riesgos. Nada de eso se vio en el duelo ante un Real Madrid que se presentaba en Riazor con dos derrotas consecutivas en la Liga.
Un Real Madrid diésel fue imponiendo su orden en defensa y pegada en ataque ante un Deportivo conservador, que juntó las líneas y llegó a jugar con todos los hombres, menos el delantero Postiga, por detrás del balón. El partido era soso y aburrido, sin ocasiones de gol, y demasiado táctico hasta que despegó del campo Cristiano Ronaldo en el minuto veintisiete.
El portugués se elevó desde el punto de penalti para rematar un centro de Arbeloa. Los muelles de Cristiano Ronaldo hicieron que saliera sol para el equipo de Ancelotti. Hasta ese momento solo tuvo una ocasión clara de gol en las botas de Bale que despejó bien el portero Lux achicando el espacio con su salida. El Deportivo dejó de creer en la proeza. No fue la Real Sociedad.
El Real Madrid se empezó a sentir más cómodo atrás y delante. Hay un progreso en el equipo de Ancelotti. Los jugadores se repliegan mejor cuando no tienen las pelota, se juntan, se giran y no permiten que les monten una contraataque.
En un par de ocasiones perdió el balón arriba y Kroos y Marcelo, junto con Ramos, fueron expeditivos para echar abajo la amenaza de peligro. James tiene alma de delantero. No lo puede evitar pese a que tenga la misión de jugar más atrás y ayudar como un centrocampista más.
El colombiano hizo el segundo tanto de un espléndido disparo desde una esquina del área. Un gol que nos hace recordar al que marcó a Uruguay en el Mundial. Este chico le pega con mucha facilidad, seguridad y precisión a la pelota. Lo tiene claro. Miró la portería y coló el balón por la escuadra de Lux. Este tanto fue una losa y puso de los nervios al portero que, cinco minutos después, se equivocó en una salida y provocó el tercer tanto. El segundo de Cristiano Ronaldo. El balón llegó a Benzema, entre los centrales, y Lux salió hasta fuera del área para derribar al francés.
La pelota cayó en las botas de Cristiano y no perdonó a puerta vacía. En la segunda parte el Deportivo decidió ser más atrevido y buscó con insistencia la portería de Casillas. Con solo cinco minutos se encontró con un penalti a favor en una jugada dudosa en la que no queda claro que Ramos toque el balón con las manos.
El árbitro Pérez Montero lo señaló y Medunjanin lo no falló. Quedaba mucho tiempo por delante y había que comprobar si el Real Madrid no volvería a desinflarse como lo hizo en Anoeta. El Deportivo apretó y la respuesta de Ancelotti fue sacar a Illarramendi por Benzema. Un centrocampista defensivo por un delantero.
El técnico italiano cosió al equipo en el centro del campo y dejó más arriba a Cristiano Ronaldo. El cambio le sentó muy bien al Real Madrid. Illarramendi reforzó el centro del campo y el equipo blanco volvió a coger el control del partido. Se sacudió el dominio y empezó a irse, de nuevo, a la potería de Lux. La sentencia le firmó Bale en el minuto setenta. Remató un balón cruzado a pase de Marcelo.
Con el partido solucionado tuvo sus minutos Isco, que salió por Modric. El malagueño le dio la asistencia del quinto tanto a Bale. También tuvo su oportunidad de jugar más minutos Chicharito, que entró por el galés. Al Deportivo se le hizo muy largo el encuentro. Fue una pesadilla y Cristiano, que no descansa y quiere hasta las migajas, hizo el sexto. Toché, a falta de siete minutos, hizo el segundo para el Depor en una acción pasiva de los centrales madridistas.
El resultado ya tenía a los jugadores blancos con la cabeza pensando en coger el avión de regreso a Madrid. Pero al partido, que era una invitación al gol, le faltaba el cañonazo de Chicharito, con la izquierda, para firmar un resultado escandaloso. El mexicano lo estaba buscando y no se quería ir de Riazor sin su botín. Marcó dos.
Por Ulises Sánchez-Flor Lainformacion
