Cuando Yunior Despaigne supo que su hermano Eduardo Antonio Soriano Díaz había sido condenado en Cienfuegos a cinco años de privación de libertad por tráfico humano, la noticia le impactó con más fuerza que todos los golpes juntos recibidos en su carrera de boxeador.
Despaigne asegura que lloró con rabia por largo rato antes de aclarar su mente y encontrar al mayor culpable entre aquellos que tuvieron que ver con la sentencia de su hermano, de 21 años de edad, hace apenas unos días: Yasiel Puig.
“El es el principal culpable, porque después de tantas traiciones, hizo la peor de todas, utilizar a mi hermano a mis espaldas, sin mi consentimiento”, explicó Despaigne, quien siempre consideró a Puig como uno más de la familia antes de que la relación terminase de manera abrupta en Estados Unidos. “Yasiel ha hecho mucho daño, a mucha gente, y solo espero que la justicia lo alcance algún día”.
Soriano Díaz fue condenado, junto a Dumay Pedroso, de 34 años, y Ramón Eusebio Navarro, de 24, por intentar sacar de Cuba al lanzador Noelvis Entenza, quien jugara con Puig en la escuadra de Cienfuegos. Pero mientras Pedroso y Navarro pasarán sus tiempos de pena bajo un sistema de trabajo correccional, Soriano Díaz cumplirá la sentencia en una prisión, algo que interpreta Despaigne como un ensañamiento del gobierno cubano por la cercanía de su familia con Puig.
Aunque en las actas del juicio se deja entrever que el esfuerzo de Soriano para ayudar a la fuga de Entenza era parte de un esfuerzo dilatado, Despaigne asegura que su hermano –por parte de madre– estaba ajeno a cualquier plan y que apenas era un correo que le llevó unos $2,000 al lanzador.
“El día en que lo apresaron, mi hermano acababa de hablar con Entenza y se dirigía al hospital, donde su esposa esperaba dar a luz a un bebé, pero no pudo ni ver al niño nacer, porque la policía llegó primero”, reveló Despaigne, quien fue miembro del equipo nacional de boxeo con marca de 230 victorias y 33 derrotas.
“Estoy seguro que Puig lo enredó en todo esto para perjudicarlo a él y a mí”. En un correo electrónico enviado a el Nuevo Herald, los Dodgers de Los Angeles indicaron que el equipo y Puig no tenían nada que comentar sobre este caso.
La demanda
Puig, actualmente estrella de los Dodgers, podría ir a juicio en noviembre del 2015 si se le da curso legal a una demanda presentada por el abogado Avelino González bajo el amparo de la Ley de Protección a las Víctimas de la Tortura, que respalda a ciudadanos y residentes estadounidenses que hayan sufrido vejámenes de cualquier tipo en terceros países.
Propuesta a nombre de Miguel Angel Corbacho Daudinot, quien cumple siete años en una cárcel cubana gracias a una declaración oficial de Puig en un juzgado de la isla por un supuesto caso de tráfico humano, la demanda busca $12 millones en compensación por daños.
El testigo estrella del abogado González es Despaigne, quien fue el principal compañero de Puig en sus cinco intentos de salida ilegal, tres que nunca despegaron de suelo cubano, un cuarto que fue abortado cerca de las costas de Haití y un quinto exitoso que les permitió llegar a fines de abril del 2012 a Isla Mujeres, en México.
“Con el tiempo caí en cuenta de que Yasiel era el principal responsable de que algunos que intentaron irse con nosotros cumplieran prisión, ahí estaban sus declaraciones juradas en los juicios, sus llamadas extrañas en medio de los puntos de escondite”, afirmó el ex boxeador. “Una vez, escondidos en Holguín, llegó la policía y le dijo en la cara que él estaba colaborando, cosa que él negó enfáticamente. Yo le dije que si algún día caía preso lo iba a matar. El le temía a esa advertencia”.
Para Despaigne queda claro que Puig utilizó a todos los implicados en esta trama: a la gente que en Miami, y en especial a Raúl Pacheco Hernández, le enviaban dinero para satisfacer sus caprichos; al gobierno cubano para ganarse su confianza y poder regresar al béisbol; y sobre todo, a quienes habían sido sus amigos de toda la vida.
Durante un tiempo, Despaigne había conocido a Pacheco en Cuba y a partir de la primavera del 2011 el hombre, que había escapado a Miami en una balsa, reanudó el contacto vía telefónica con el boxeador, pues sabía de su cercanía con Puig, para tratar de convencerlo de una fuga.
“Pacheco me envió miles y miles de dólares, más de $25,000 que le entregué a Puig sin tomar un centavo, a pesar de que yo tenía muchas necesidades”, afirmó Despaigne, sobrino del también ex boxeador Yordanis Despaigne. “Curiosamente en el último viaje él no quería venir, pero Pacheco lo presionó y no le quedó más remedio que coger rumbo a la costa sur de Matanzas”.
Huida a México
Luego de dos días de caminar por la Ciénaga de Zapata, Despaigne, Puig, una novia del pelotero llamada Jenny Reyes y Lester Quezada, un padrino de religión afrocubana, lograron contactar a 35 kilómetros de Playa Larga con una tripulación de cinco hombres que los sacaría de Cuba para siempre.
Pero ni en los días en Isla Mujeres, y luego en Cancún y el Distrito Federal, Despaigne imaginó que la amistad de tanto tiempo y llena de pruebas de carácter podría acabarse, y niega lo publicado en algunos artículos que estuvieran bajo un régimen de prisión o de amenaza constante.
“Lo que se ha publicado no es cierto, porque en México estábamos sin problemas y Puig hasta se iba de fiesta con algunos de los lancheros, sobre todo con uno llamado Tomasito, como si fuera algo natural”, recordó Despaigne, quien vive de ofrecer clases de boxeo a niños en un gimnasio de Miami.
“Allí creo que desarrolló su apetito por convertirse él también en un traficante de peloteros. Vio las cifras que se manejaban, cómo era el proceso de sacar gente. Allí empezó a mostrar su veta de comerciante”.
Al momento en que la cifra de rescate por Puig se eleva de $250,000 a $400,000 es cuando, según Despaigne, entran en escena otros oscuros personajes de Miami como Alberto Fariñas y Gilberto Suárez, éste último fundador de una empresa llamada Miami Sports Management, quienes se asociaron con Pacheco para financiar el proyecto, eliminar del medio a los lancheros y traerlos a Estados Unidos, lo cual sucedió en junio del 2012.
“Yo no tengo por qué mentir. Por convencer a Puig y estar a su lado en todo momento a mí se me prometieron $250,000, pero solo me pagaron $95,000 y a cuentagotas’’, reveló Despaigne. “Pero Pacheco y todos los demás involucrados estimo que recibieron cerca de un 15 por ciento del contrato de $42 millones que le ofrecieron los Dodgers. Si no me equivoco entre $4 y $5 millones”.
El problema fue que los lancheros no se quedaron conformes y pronto comenzaron a llegar las amenazas a Despaigne –llegar a Puig ya era difícil, porque estaba en Grandes Ligas con los Dodgers– primero en forma de llamadas telefónicas y luego mediante un individuo que lo encaró con una pistola y le exigió que hablara con el pelotero a fin de que pagara lo convenido.
Protección federal
Ante esta situación, Despaigne buscó el consejo del abogado González, quien estaba presentando demandas contra Puig y contra el lanzador Aroldis Chapman, y se mostró dispuesto a colaborar y suministrar información a cambio de algún tipo de protección física. “Enseguida contactamos a agentes federales de la Inmigration Customs Enforcement (ICE), quienes anotaron todo lo dicho por Yunior Despaigne y le ofrecieron su protección”, comentó González.
“El es muy valioso para demostrar qué clase de individuo es Puig. No solo un chivato de las autoridades cubanas, sino alguien que violó la ley de este país al tratar de traer ilegalmente a Entenza”. Mucho después de que Puig rompiera relaciones con Despaigne sin abonarle la suma convenida, la estrella de los Dodgers y Pacheco contactaron a Soriano Díaz para que, de acuerdo con el ex púgil, le llevara $2,000 a Entenza, aprovechando los viejos vínculos entre ambos y el desconocimiento de la situación de ruptura.
Según Despaigne, su hermano no tenía conocimiento del plan de Puig y Pacheco para sacar al pitcher de la isla y solo sirvió de correo, pero todo parece indicar que Entenza acudió a la policía cubana y denunció a Soriano Díaz y a los otros dos acusados. Entenza, quien pretende jugar para los Industriales en la próxima temporada, fue el testigo estrella en el juicio, donde los nombres de Puig y Pacheco resonaron en varias ocasiones.
De la misma manera resonó la sentencia en el alma de Despaigne, quien nunca imaginó cómo terminaría la relación con Puig, ese amigo del alma con el que jugaba fútbol detrás de su casa en el barrio La Esperanza, en Cienfuegos. “Entenza tuvo que irse de Cienfuegos porque todo el mundo sabe que es un chivato, así como espero que el mundo pronto sepa quién es Yasiel Puig”, recalcó Despaigne, quien ya no quiere saber nada de boxeo.
“De cuando en cuando lo veo en el televisor y no puedo creer que esa estrella sea el mismo joven que compartió conmigo tantos momentos buenos y malos. Yasiel Puig es el mejor pelotero del mundo, pero uno de los peores seres humanos”.
Por Jorge Ebro jebro / elnuevoherald.com