Es hora del almuerzo en Walmart, los empleados se reúnen en la mesa para comer pero él tan sólo prueba un bocado en ocasiones. Se trata de Jajuan Harley, quien entra al baño para cambiarse la camisa del trabajo que lleva su nombre, se coloca su atuendo deportivo y se pone a correr por la carpeta de asfalto hasta que vuelve a ser la hora de regresar al trabajo.
En otras ocasiones se dirige al estacionamiento del Supercenter Store, en el número 1077 de Apalachee Parkway, en Tallahassee, Florida, que también es uno de sus lugares favoritos para correr. También lo pueden ver en la sección de deportes haciendo trabajo de biceps con un par de mancuernas.
Hace cualquier cosa que sea necesaria para alcanzar su sueño de jugar football americano profesional, un sueño que alguna vez parecía seguro.
Hace cinco años, Harley era un safety estelar de Tallahassee que corría las 40 yardas en 4.3 segundos y levantava 181 kg en el 'press' de pecho. Fue a principio de este año que Harley dejó su trabajo en Walmart, en el que le pagaban 7.73 dólares la hora, para entrenar por tiempo completo para buscar una nueva oportunidad en la NFL.
Jajuan le mandó un correo electrónico a los 32 equipos de la Liga en espera de una respuesta. Ahora, tan sólo unos meses después, fue invitado al campamento de entrenamiento de los Bills de Buffalo. Y llegó al St. John Fisher College, en Pittsford, Nueva York, con tan sólo 71 centavos en su cuenta bancaria.
"En verdad soy muy tacaño con el dinero", dijo Harley. "Rara vez compro algo. Así que voy a la cafetería y colecto algo de los sobrantes de comida". Parte de su mezquindad se la debe a su padre, Jack, quien padece problemas respiratorios y requiere de un tanque de oxígeno. Jajuan lo ayuda, al igual que a su madre Cynthia, quien trabaja en una biblioteca pública en Florida.
Seattle y Denver lo probaron, pero no lo aceptaron. Consideró enrolarse en el ejercito, pero tomó el empleo de Walmart porque ya necesitaba el dinero. Así que doblaba turnos y trabajaba tiempo extra para ganar más dinero. Pero nunca es demasiado tarde.
Jujuan tiene 23 años de edad y su pecho está repleto de pasión por la NFL y pretende intentarlo una vez más. "Poco a poco el dinero se me fue acabando. Tan sólo garanticé que pudiera comprar proteínas y gasolina. Incluso no podía pagar siquiera un corte de cabello. Fue muy duro. Estaba quebrado", recordó Harley.
Pero los Bills le extendieron la mano y le brindan aliento, una esperanza, una oportunidad más. Así que como cualquier novato, ahora carga los protectores de los defensivos veteranos y en su casillero colocó su credencial de empleado de Walmart, lo que le recuerda cómo empezó este año y lo que pretende para el resto de su vida.
Por Marco Sotelo/ yahoo