El croata Vladimir Beara, apodado "hombre goma" y considerado el mejor portero yugoslavo de la historia, murió anoche, a los 85 años, en la ciudad de Split debido a un derrame cerebral, informó hoy la agencia de noticias Hina.
"El fútbol croata y mundial han perdido a un verdadero gigante de nuestro juego. Los mayores porteros y expertos calificaban a Beara como 'el mejor', lo que explica suficientemente la huella imborrable que ha dejado", declaró el presidente de la Unión de Fútbol Croata, Davor Suker.
"El fútbol croata, por eso, nunca olvidará al único e irrepetible Vladimir Beara", agregó. Beara jugó desde 1947 en el Hajduk de Split, con el que ganó tres títulos de la liga yugoslava, y en 1955 pasó a militar en las filas del Estrella Roja de Belgrado. Lo apodaron el "gran Vladimir", pero también el "hombre goma" por su extraordinaria agilidad, y la "bailarina con puños de acero", puesto que de joven se ejercitaba con las bailarinas en el Teatro Nacional de Split.
En Belgrado tuvo también una carrera brillante, conquistando cuatro campeonatos y dos copas, mientras que en los años 50 fue el portero del mejor equipo yugoslavo de todos los tiempos, que en los Juegos Olímpicos de 1952 de Helsinki ganó la medalla de plata. Entre las 60 participaciones de Beara en el equipo de Yugoslavia, figuran tres Mundiales: el de Brasil (1950), Suiza (1954) y Suecia (1958). En Wembley jugó en 1953 en la selección europea que se enfrentó contra Inglaterra.
Beara concluyó su carrera de jugador en el alemán Viktoria de Colonia en la temporada 1963-64, y continuó como entrenador en varios clubes germanos y yugoslavos.
En los años setenta fue durante dos años seleccionador de Camerún, donde dejó una gran huella y descubrió al legendario delantero Roger Milla, y colaboró en que guardametas de ese país, como Thomas N'Konom y Joseph-Antoine Bell, se convirtieran en figuras mundiales.
EFE