Michael Phelps ya no nada 16.000 metros al día, como en sus años mozos y de éxitos legendarios. Tampoco se somete a entrenamientos de superhombre, los que —unidos a su talento— le hicieron ganar ocho oros en Pekín 2008 o conquistar 22 medallas olímpicas en tres Juegos.
Ahora pretende ser otro Tiburón, más veloz, musculoso y especialista en distancias cortas. El tejano, que se sigue entrenando en Meadowbrook (Baltimore) con Bob Bowman, inicia hoy su camino oficial a los Juegos de Río, en 2016, con un programa diferente al que nos tiene acostumbrados. Phelps lo reduce a cuatro pruebas: tres 100 (mariposa, libre y espalda) y los 200 estilos.
Los Campeonatos Nacionales de Estados Unidos —que se celebran Irvine, California— son la primera parada de un pedregoso camino que concluirá en la ciudad brasileña.
Meridiano