Ya desde la Antigüedad ejercieron la tracción de los carros de combate y como montura para tareas de exploración y también de ataque. Apareció más tarde la caballería pesada, con lanzas y blindaje, que seguiría evolucionando hasta que llegó su momento de máximo esplendor, que duraría hasta que aparecieron las armas de fuego.
Aun así, los caballos permanecieron largo tiempo presentes como apoyo de ciertos tipos de artillería hasta que surgieron los primeros vehículos a motor.
Entonces pareció que el animal quedaría relegado para siempre, pero no fue así y todavía en la Segunda Guerra Mundial numerosas unidades de caballería tuvieron que ser reagrupadas.
Muchas fuerzas alemanas fueron movilizadas a caballo, y lo mismo sucedió con miles de carros de combate de la Wehrmacht. Más recientemente, el ejército estadounidense ha vuelto a organizar grupos de fuerzas especiales a caballo en Afganistán.
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