En verano, aunque tenemos más horas de luz que el resto del año, nos solemos quedar con ganas de más, y nos gustaría que las horas de ponerse moreno al sol en la piscina no acabasen tan pronto.
La solución a esto es irse a Noruega, o a Suecia, Finlandia, Islandia e incluso algunas zonas de Rusia. En estos países, y todos los situados en latitudes más al norte del Círculo Polar Ártico, se produce el fenómeno conocido como ‘el Sol de medianoche’, en el que el astro nunca se llega a poner del todo.
Sí, durante el verano, jamás se hará de noche. Al atardecer el Sol se acercará al horizonte, pero no llegará a irse del todo, se quedará una puesta de sol permanente que se juntará de nuevo con el amanecer, cuando este comenzará su ascensión.
¿A qué se debe? A la inclinación de la Tierra al rotar. Cuando nuestro planeta gira alrededor del Sol, lo hace con una inclinación de 23,4 grados, causando las diferentes estaciones. Esta inclinación hace que el Polo Norte quede expuesto al sol todo el día durante la temporada estival, ocurriendo el fenómeno contrario en el Polo Sur, que se quedará a oscuras durante los seis meses que dura el verano boreal.
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