El día después de la final, en Brasil era más noticia el Balón de Oro ganado por Leo Messi que el título logrado por Alemania. El mundo del fútbol y la prensa internacional que se dio cita en Maracaná no dudan en calificar la designación del jugador argentino como un escándalo que ni la propia FIFA supo explicar.
"Me sorprendió que Messi fuera nombrado mejor jugador del Mundial, pero es una decisión de nuestro comité técnico y hay que respetarla", dijo el mismísimo Joseph Blatter, ante la interminable batería de preguntas sobre el método para elegir al mejor jugador del Mundial.
Hasta este campeonato, el Balón de Oro era un consenso entre los votos de los periodistas acreditados al Mundial y el comité técnico de la FIFA, pero este año, a última hora, se decidió que la prensa no tendría ni voz ni voto.
Aunque la FIFA nunca explicó los motivos, deslizó que los periodistas suelen dejarse llevar por el color de la camiseta y simpatías, motivo por el cual Diego Forlán habría ganado en Sudáfrica.
Los periodistas no votan
La teoría de la conspiración que manejaba la FIFA entonces era que el mayor número de periodistas acreditados eran sudamericanos y que todos hicieron lobby por Forlán y no por un jugador español.
Para evitar este fraude, la FIFA tomó la decisión de manejar el premio a su antojo, pero el tiro le salió por la culata. Cuando por la megafonía de Maracaná se anunció el nombre de Messi como mejor jugador, la pitada de los aficionados brasileños y alemanes fue tremenda. Y la risa incrédula de la prensa internacional también. Y hasta la argentina no cree en este premio: "¡Qué se lo den a Mascherano!", decían varios periodistas de manera unánime.
Los 13 'expertos' que premiaron a Messi
Gérard Houllier (Francia)
Ginés Meléndez (España)
Gabriel Humberto Calderón (Argentina)
Raúl Arias (México)
Ricki Herbert (Nueva Zelanda)
Abdel M. Hussein (Sudán)
Ka Ming Kwok (Hong Kong)
Ion Lupescu (Rumanía)
Tsuneyasu Miyamoto (Japón)
Sunday Oliseh (Nigeria)
Mixu Paatelainen (Finlandia)
Jaime Rodríguez (El Salvador)
Theodore Whitmore (Jamaica)
Por J. I. García-Ochoa/MARCA