La insistencia por aclarar que era una broma, en serio, de verdad, que era broma, revelaba que en realidad lo dicho no provocaba carcajadas, que de hecho nadie podía considerarlo un disparate. "Quizá el capitán se tiene que acabar invitando a sí mismo", decía Tom Watson en tono jocoso pero no caía en que argumentos tendría para tomar esa decisión: a sus 64 años no sólo pasó el corte del Abierto Británico (que ya estuvo cerca de ganar en 2009), también, con una última ronda de 68 golpes, acabó entre los 50 mejores del torneo.
"No quiero que nadie se moleste, de corazón, estaba de guasa", repetía y repetía quién liderará al equipo de Estados Unidos en la próxima Ryder Cup, del 26 al 28 de septiembre en el campo escocés de Gleneagles, y en la mente de todos los presentes en la sala de prensa un nombre: Tiger Woods.
El que fuera número uno mundial a principios de 2014 demostró durante el 'major' que está curado de su grave lesión de espalda pero, a la vez, expuso que aún le queda mucho, quizá demasiado, para recuperar su nivel de juego.
Tras una primera jornada esperanzadora en la que sumó cinco 'birdies' casi consecutivos, el camino del estadounidense se empezó a torcer en el segundo día, salvando el corte con un 'putt' de tres metros que encogió el alma de los espectadores que a todos partes le siguen, y acabó de diluirse en las dos últimas vueltas.
De arbusto en arbusto, fallando la amplia mayoría de sus 'approach' (a punto estuvo de romper varios hierros), acabó sexágesimo noveno con seis golpes sobre el par del campo de Hoylake. Con cinco golpes más, de hecho, que el propio Watson. A ese nivel ¿Puede estar en el duelo intercontinental? "Veremos, tengo que hablar con él, saber cómo se ha sentido, ir viendo su evolución. Si puedo escoger Tiger, ¿Cómo voy a obviar esa opción?", respondía preguntando Watson, poco después de atender a la réplica en la batalla de interrogantes: "Pero si Woods no logra clasificarse para la FedEx Cup, ¿Tendría espacio en el equipo?". "Lo valoraremos. Como digo, necesitamos más tiempo", finalizaba enigmático el veterano golfista.
En realidad las opciones de Woods para entrar en los play-offs del circuito americano son más bien pocas. Siendo una competición reservada a los 125 mejores de la temporada y restando sólo el Bridgestone Invitational y el PGA Championship, el golfista más carismático es el 212º en la lista sumando sólo 44 puntos mientras el mínimo (contada la prospección del British) lo marca su compatriota Richard Lee con 376. Debería ganar alguno de los torneos nombrados o acabar entre los tres primeros en ambos, misión imposible con lo demostrado estos días en el Royal Liverpool.
Por JAVIER SÁNCHEZ/ ElMundo