RIO DE JANEIRO— La exhibición alemana ante Brasil despertó el martes la admiración del planeta por su fútbol total. La selección de Joachim Loew, brillante finalista del Mundial, ha encontrado un equilibrio casi perfecto entre el "tiki-taka" y un juego ofensivo que respeta los cánones más tradicionales. "Un poquito de humildad no les vendría mal ahora", dijo Loew a sus jugadores tras la goleada.
Alemania, tricampeona del Mundo, no gana el título desde 1990. Pero está a un solo paso. La construcción de Alemania empezó en 2006, pero su gran renovación se produjo en 2008.
La derrota contra España en la final de la Eurocopa llevó a Loew a renovar la plantilla. Desde el arquero Manuel Neuer hasta su goleador Thomas Mueller, pasando por el capitán Philipp Lahm y el muy efectivo Miroslav Klose colocaron hace seis años la primera piedra de la Alemania que humilló el martes por 7-1 a Brasil en Belo Horizonte.
Aquella joven selección, sobre la base del Bayern Munich, se estrelló de nuevo con España en las semifinales de Sudáfrica 2010. Los jugadores españoles contaron que Loew se acercó al vestuario y quiso felicitarles personalmente. Les dijo que eran el mejor equipo de la historia y que nunca había visto una cosa igual. Loew tomó nota de aquella derrota. Y comenzó a trabajar con mayor énfasis en el control del balón y el toque en el medio del campo.
La evolución alemana se nota en su disposición táctica. Ya no se fía todo al físico. El balón circula por todo el campo, desde Neuer hasta Klose. No hay un solo pelotazo. Todo tiene sentido. Los jugadores intercambian espacios en ataque desubicando al rival.
En Brasil, Alemania encontró al mejor Toni Kroos. La sensación es la de un equipo que se conoce de memoria. Seis de los once titulares contra el anfitrión juegan en el Bayern Munich. "Tenemos un medio campo excelente, con jugadores que dominan los partidos", explicó Kroos, de 24 años, sobre el fútbol alemán en cuartos de final.
"Es importante para nuestro estilo de juego que mantengamos el balón en el piso, que seamos precisos en nuestros pases cortos, pero siempre mirando hacia al área rival".
El resultado es tan interesante como efectivo. Alemania es el equipo que más pases completa en el Mundial. Un total de 3.421, que casi triplica la media de 1.486 del torneo, según datos de la FIFA. La mayoría son toques medios y cortos y la efectividad supera el 80%.
Lahm, con 458 entregas, y Kroos, con 443, son los mejores pasadores de la competición. Solo la mejor España igualó estos números. En Sudáfrica, la Roja realizó 4.773 pases. Pero Alemania no necesita controlar la pelota en todo momento. El "tiki-taka" es sólo un recurso y Loew sabe adaptarse.
Contra Argelia en octavos dominó la posesión abrumadoramente, pero sufrió lo indecible para ganar en el alargue. Contra Francia en cuartos, bajó a un 50-50 y contra Brasil la perdió: 48% frente a un 52% de los sudamericanos.
"Cuando yo siento que hay que darle un ajuste al equipo, lo hago", señaló Loew durante el Mundial. Las variantes son muchas. Alemania ha jugado con Mueller de falso delantero o Klose de referente. Lahm ha viajado del medio centro al lateral. El equilibrio lo dan futbolistas como Kroos, Sami Khedira y Bastian Schweinsteiger en la zona del doble o triple pivote.
En cuartos y semifinales, Alemania abrió el marcador con un gol a pelota parada. Contra Francia no volvió a anotar. Frente a Brasil, aprovechó los espacios a la espalda de los laterales y pasó el típico rodillo alemán. Mesut Oezil y Lahm reventaron los costados, mientras Klose y la línea de mediocampistas llegaban desmelenados al área convirtiendo un gol detrás de otro.
Resultó irrelevante cuántas camisetas amarillas hubiera dentro del área, porque el balón siempre encontraba a los de negro y rojo. Y no era precisamente el Flamengo. "No importa si juegas con falso nueve o con verdadero nueve", dijo Loew. "Contamos con muchos atacantes peligrosos y que tienen mucha movilidad, incluido Klose, quien no es un delantero que se quede solo y estático adelante, esperando balones".
La histórica goleada a Brasil ha catapultado las opciones alemanas de ganar la Copa. Pero los futbolistas intentan huir de la euforia, por muy difícil que sea. Alemania salió aplaudida del estadio Mineirao. "Vinimos a ser campeones mundiales, y no ganamos el campeonato en estas semifinales", dijo Kroos.
Por JORGE SAINZ | Associated Press