Una pregunta. ¿Usted dónde nació? Una respuesta inesperada. «En el mar, un 8 de marzo de 1984». Y no es que lo diga él, que se lo dice a todo aquel que pregunta, es que lo pone en su pasaporte.
Rio Mavuba ahora es francés, pero no tiene patria. Nació en aguas internacionales, en un lugar cualquiera del Océano Atlántico, huyendo de la muerte.
Esta es la historia de uno de los últimos jugadores que ha debutado en un Mundial. Se estrenó el pasado domingo en el Francia-Honduras. Tiene 30 años y ha recorrido una larga travesía para escribir su nombre en la historia de la Copa del Mundo. 1984.
Los padres de Rio escapaban de la guerra civil de Angola. Era el mes de marzo, cuando decidieron salir del país en un buque cargado de inmigrantes. Pero Mavuba nació antes de llegar. A mitad del viaje.
«El barco recorrió la costa de África y la Península Ibérica antes de arribar a Marsella unos días después. Yo nací durante el viaje y no tengo estado. Ahora la gente sonríe cuando ve que en mi pasaporte pone que nací en el mar».
Así rememoraba Mavuba aquel día en una entrevista concedida a ACNUR. Apátrida, de madre angoleña y padre zaireño, vivió acogido como refugiado político en Francia hasta que en 2005 consiguió definitivamente la nacionalidad francesa.
Su infancia no fue fácil. El niño sin patria fue pronto el niño sin padres. Teresa, su madre, murió cuando él tenía dos años. Y, una década después, perdió a su padre, aún siendo Rio apenas un chaval. Huérfano, se crió con su madrastra y sus 11 hermanos.
Mavuba pronto empezó a dar patadas al balón. Formado en las categorías inferiores del Girondins de Burdeos, poco a poco, se fue convirtiendo en un jugador importante. Incluso pasó por España, estuvo en el Villarreal en 2007, para asentarse definitivamente en el Lille, club en el que milita en la actualidad.
Padre e hijo, mundialistas
Sus actuaciones no pasaron desapercibidas y a Rio le empezaron a reclamar las selecciones. En 2004, con 20 años, estuvo en una concentración con la República Democrática del Congo, antigua Zaire —el país de su padre— pero finalmente se decantó por Francia cuando, en agosto de ese año, le convocó Domenech para un amistoso ante Bosnia.
Ahí debutó con la absoluta de los bleus. Y ahí emprendió una nueva ascensión que encontró su cima el domingo con su debut en un Mundial.
Mavuba sustituyó a Cabaye en el minuto 65 del encuentro ante Honduras y emuló a su padre, Ricky Mavuba, que también fue futbolista y participó con Zaire en la Copa del Mundo de Alemania en 1974.
De casta le venía al pequeño Rio. Mavuba ahora es reconocido y disfruta de una vida acomodada, pero nunca ha olvidado sus orígenes.
De ahí que en 2009 fundara la asociación Huérfanos de Makala, un orfanato —ubicado en el edificio en el que vivió su padre— en la República Democrática del Congo para ayudar a los niños que más lo necesitan.
José I. Pérez/ Marca.com
