Hiroshi Kagawa es el periodista más mayor de todos los que hay cubriendo el Mundial de Brasil. Tiene 89 años y desde 1974, sólo se ha perdido la edición de hace cuatro años en Sudáfrica debido a estar pasando una mala racha de salud.
Algo que no le ha impedido estar en esta edición como freelance. “La imagen de Cruyff de naranja y Beckenbauer de blanco está muy viva en mi memoria”, rememora en una entrevista en FIFA.com. “Me siento muy agradecido”.
Kagawa nació en Kobe en el año 1924 y su primer Mundial no llegó hasta cincuenta años después. Desde entonces acumula ya diez campeonatos. Todo pudo truncarse durante la segunda guerra mundial, cuando fue reclutado como piloto “suicida”. “Tuve mucha suerte de mantener la vida”, dice.
Tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, Kagawa centró su atención en el fútbol. “El fútbol era algo que daba alegría a la gente y podía ser de ayuda también en Japón”, explica.
Su sueño era que Japón se convirtiera en una potencia, con la selección y los clubes en la primera plana mundial. “No era un deporte muy popular. Estaba por detrás incluso del rugby y se pensaba que éramos muy pequeños para jugar al fútbol. Existía mucho pesimismo”. En esta edición, está como freelance y es una institución entre la prensa de su país.
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