Portugal logró una inútil victoria por 2-1 frente a Ghana gracias al primer y único gol de Cristiano Ronaldo en el Mundial, al que ambas selecciones han dicho adiós con un partido tan discreto como su propio paso por Brasil.
A Portugal solamente le servía una goleada, pero lejos estuvo siquiera de buscarla. El equipo de Paulo Bento jugó un partido sin ideas y se planteó como principal argumento ofensivo los pelotazos buscando a Ronaldo a la espalda de los fuertes defensores ghaneses. Pero CR7 no está en su mejor forma y sólo en contadas ocasiones logró librarse de los rocosos defensas del conjunto africano, que también precisaba una victoria para llegar a los octavos de final.
La primera jugada de peligro, sin embargo, nació de los pies de Cristiano Ronaldo en el minuto 5, aunque fue por error. El jugador del Real Madrid desbordó y centró, pero el balón hizo una inesperada parábola y se estrelló en el travesaño antes de salir del campo.
Ghana comenzó a animarse tras los primeros diez minutos y halló una veta para aproximarse a la portería de Beto en el lado izquierdo de la defensa portuguesa, en la que Miguel Veloso ofrecía demasiadas libertades. Afful desbordó con facilidad frente a un Veloso perdido, que obligaba al central Bruno Alves a multiplicarse para contener las penetraciones del habilidoso Atsu y de un incisivo Gyan. Pero Beto respondió bien.
El portero del Sevilla fue exigido dos veces por Gyan y evitó un primer gol ghanés que habría sido un mazazo para los lusos. Ghana explotaba esa banda izquierda, huérfana desde la lesión de Fábio Coentrao, pero le faltaba puntería a la hora de definir y el empate que no servía ni a uno ni a otro tensaba los nervios de un partido cada vez más impreciso y con el error como norma.
Sin presionar, sin crear mucho peligro y casi sin merecerlo, en el momento en que Ghana más amenazaba, Portugal se encontró con un gol que, precisamente, llegó por error. Fue en el minuto 31, cuando Miguel Veloso centró mal y el defensa Boye, en un muy desafortunado despeje, clavó el balón en el ángulo izquierdo de la portería de un sorprendido Dauda.
En el final del primer tiempo, otro error de Boye en un despeje casi acabó en su propia portería y lo confirmó que como el jugador más peligroso para su propio equipo. La segunda etapa fue un calco de la anterior, pero con un equipo luso todavía más resignado, sin mordiente, entregado y casi que a la espera de otros errores de Ghana, que no aparecían.
Por el contrario, la persistencia de Gyan tuvo su premio en el minuto 57, cuando batió a Beto con un preciso y fuerte cabezazo tras un centro de Asamoah. La defensa lusa comenzó a hacer agua por todas partes y Ghana se animó, sobre todo tras saber que Alemania vencía a Estados Unidos por 1-0 y sus posibilidades de clasificación estaban más cerca.
Cuando el partido entraba en la recta final, otro error de Ghana le puso en bandeja a Ronaldo el gol que hasta ahora no había anotado en Brasil. El portero Dauda despejó mal un balón que podía haber asegurado y lo dejó en los pies de CR7, que lo fusiló desde la entrada del área chica para firmar una victoria que no supo a nada. Ronaldo, que llegó a Brasil con la vitola de mejor jugador del mundo, se marcha casi sin nada. Eliminado en primera fase y con sólo un solo gol, aunque con un nuevo corte de cabello. – Ficha técnica:
Alineaciones:
2. Portugal: Beto (Eduardo, m.88); Joao Pereira (Varela, m.62), Pepe, Bruno Alves, Miguel Veloso; William Carvalho, Joao Moutinho, Ruben Amorim; Nani, Éder (Vieirinha, m.69) y Cristiano Ronaldo. Seleccionador: Paulo Bento.
1. Ghana: Fatawu Dauda; Harrison Afful, John Boye, Jonathan Mensah, Kwadwo Asamoah, Mohammed Rabiu (Acquah Afriyie, m.75), Agyemang Badu, Abdul Waris (Jordan Ayew, m.71), Andre Ayew, Christian Atsu y Asamohad Gyan. Seleccionador: James Appiah.
Goles: 1-0, m.31: Boye, en contra. 1-1, m.57: Gyan. 2-1, m.79: Cristiano Ronaldo.
Árbitro: El bahreiní Nawaf Shukralla. Amonestó a Afful (m.38), Waris (m.54), Jordan Ayew (m.77) y Moutinho (m.92).
Incidencias: Partido de la tercera y última jornada del Grupo G, disputado en el estadio Nacional Mané Garrincha de Brasilia, frente a unos 67.540 espectadores.
EFE