Miami, FL- La comparación aún puede sonar excesiva, pero la hacen sus propios rivales: la dinastía que está construyendo Miami Heat en la NBA en torno a LeBron James empieza a recordar a la que creó Michael Jordan con Chicago Bulls en los años '90.
"Estamos compitiendo contra el Michael Jordan de nuestra era, contra los Chicago Bulls de nuestra era. Hay que quitarse el sombrero ante ellos", dijo el viernes Frank Vogel, técnico de Indiana Pacers, que por tercer año consecutivo cayó ante el Heat del "Big Three" en los playoffs. "D-Wade y yo crecimos viendo al gran equipo de Chicago Bulls y al gran Michael Jordan. Siempre que escucho mi nombre o el de nuestro equipo junto a leyendas y grandes franquicias es un honor", dijo James, camino de convertirse en uno de esos grandes de la historia del baloncesto.
Puede que Miami, campeón de los dos últimos títulos, no sea (aún) ese equipo que con Jordan y Scottie Pippen en la cancha y Phil Jackson en el banquillo logró seis anillos en ocho años, pero tras el triunfo definitivo del viernes, el Heat disputará su cuarta final seguida.
Es el tercer equipo en la historia que lo logra junto a los Boston Celtics (hilvanaron diez finales de 1957 a 1966 y cuatro de 1984 a 1987) y Los Angeles Lakers (1982-85) del entrenador Pat Riley, actual presidente del Heat. Riley manda desde el despacho, pero James es la piedra sobre la que se articula el éxito del equipo.
El tiempo le ha dado la razón cuando en 2010 eligió dejar su Cleveland natal y los Cavaliers para unirse en el centro de Miami con Dwyane Wade y Chris Bosh. Cuatro años, cuatro finales. Todo hace pensar que los tres continuarán una temporada más, pese a que tienen opción de terminar sus contratos y recibir ofertas. Con las seis asistencias del viernes, James suma 999 en playoffs, a siete del décimo puesto en el ranking histórico. Cuando logre la número 1.000 se unirá a Jordan y Kobe Bryant como los únicos tres jugadores de la historia en anotar al menos 4.000 puntos, en capturar al menos 1.000 rebotes y en dar al menos 1.000 asistencias en playoffs.
El del viernes fue su triunfo 100 en la postemporada. Sólo Magic Johnson alcanzó esa cifra antes de cumplir 30 años. "No nos damos cuenta (de lo conseguido) porque aún lo estamos viviendo. Creo que una vez que acabe y miremos atrás y veamos lo que hemos logrado, será cuando nos demos cuenta", aseguró James, de 29 años. "Nadie en su interior pensaba que íbamos a perder este partido. Sabíamos que íbamos a imponer nuestra voluntad", dijo el viernes Wade, reflejo de la confianza de un equipo que sabe aumentar la intensidad cuando es necesario y que goza de una gran riqueza táctica por obra del técnico Erik Spoelstra.
"Esta es tu otra familia", destacó el entrenador la unión de un conjunto forjado desde la derrota en la final de 2011 ante Dallas, cuando James aún arrastraba antipatías por su marcha de Cleveland y los críticos aventuraban que nunca ganaría el anillo. Más allá del hito de las finales consecutivas, lo que le importa al Heat es el tercer título seguido. "No es lo que queremos, sólo es un obstáculo en nuestro objetivo final", dijo Bosh tras ganar el título del Este y pensando sólo en el gran triplete, que serviría ya para crear una dinastía en los libros de historia.
"El primer día de la temporada hablamos del tercer título y del legado de este equipo, pero fue sólo el primer día. Luego hubo que abordar los retos del día a día", dijo Spoelstra. Ese legado dependerá seguramente de un tercer anillo. El primer paso será el jueves 5 de junio ante San Antonio Spurs u Oklahoma City Thunder, que aún pelean en el Oeste.
DPA