El ciclista francés Nacer Bouhanni (FDJ.fr) se alzó al esprint con el triunfo en la cuarta etapa del Giro de Italia, disputada hoy entre las localidades de Giovinazzo y Bari, en una jornada marcada por la decisión de los jueces de neutralizar los últimos kilómetros del trazado a causa del riesgo de caídas.
La primera etapa de la presente edición de la carrera "rosa" en suelo italiano, tras la disputa de las tres primeras jornadas en Irlanda del Norte, se vio condicionada por la decisión de la organización de neutralizar la última de las ocho vueltas previstas al circuito urbano de Bari, punto final del recorrido.
Las malas condiciones del firme, muy resbaladizo a causa de la intermitente lluvia, y las presiones de los corredores obligaron a la dirección de carrera a tomar esta decisión con el fin de evitar posibles caídas. De este modo, el pelotón, que acordó rodar agrupado desde la salida en la localidad de Giovinazzo hasta Bari, pasó compacto bajo la línea de meta en la penúltima de las vueltas al circuito, el punto elegido por la organización para tomar los tiempos de la prueba. Una circunstancia que permitió conservar el jersey rosa de líder de la clasificación general al australiano Michael Matthews (Orica Greenedge) con una ventaja de ocho segundos sobre el italiano Alessandro Petacchi (Omega Pharma).
Sin la emoción de un posible cambio de líder, tras la decisión también de la organización de suprimir las bonificaciones de la etapa, el interés se centró en conocer el nombre del ganador del esprint al que estaba abocada a concluir la jornada. Máxime tras la retirada del alemán Marcel Kittel (Giant-Shimano), ganador de las dos primeras "volattas" del Giro, que abandonó la prueba antes del inicio de la cuarta etapa a causa de un proceso febril.
"El Giro ha terminado para mí antes de lo que yo pensaba. Absolutamente decepcionado de tener que abandonar hoy esta bella carrera a causa de la fiebre", anunció el esprinter alemán a través de su cuenta de twitter.
El entrenador del Giant-Shimano, Marc Reef, explicó que hace dos días, después de la tercera etapa, "ya dijo que no se sentía bien al cien por ciento. Ayer estaba mejor pero esta mañana en el desayuno se quejó y después de ser examinado por el médico hemos visto que la fiebre había aumentado".
La ausencia de Kittel animó a los corredores del Cannondale, que buscaban la victoria del joven velocista Elia Viviani, que comandaban la cabeza de un pelotón, ya conformado casi exclusivamente por los equipos de los esprinters, a falta de dos kilómetros para la conclusión.
Sin embargo, la temida lluvia, un fuerte chaparrón, hizo su aparición provocando la caída de los corredores del Cannondale, lo que dejó al frente de la prueba a cuatro integrantes del Giant-Shimano al entrar en los últimos mil metros.
Una victoria que parecía destinada para el holandés Tom Veelers que encaró la última recta con una cómoda ventaja sobre el resto de sus perseguidores, entre los que figuraba el francés Nacer Bouhanni (FDJ.fr), que a falta de poco más de 10 kilómetros para el final de la etapa marchaba descolgado del pelotón a causa de una avería.
Ayudado por el magnifico trabajo de sus compañeros de equipo, Bouhanni no sólo logró enlazar con el grupo de cabeza, sino que llegó a los últimos metros con opciones de una victoria, que finalmente el francés se apuntó con un magnifico esprint con un tiempo de 2 h 31:48 minutos. "Pensé que nunca iba a poder a volver a entrar en el pelotón, pero el equipo hizo un muy buen trabajo. En la última recta sabía que tenía que darlo todo y afortunadamente logre la victoria", señaló Bouhanni, que se apuntó su primer triunfo en una gran ronda, a la conclusión de la etapa.
Por su parte, el italiano Giacomo Nizzolo (Trek Factory Racing) logró la segunda plaza, tras imponerse adelantar sobre la línea de llegada a un Tom Veelers que se hundió por completo en los metros finales, cuando ya parecía tener en su mano la victoria.
(EFE)