Todo el béisbol está pendiente de dos y un octavo de pulgadas, el largo promedio del ligamento cubital colateral. Este año, más de una docena de pitchers de las mayores se han sometido a la cirugía Tommy John, que involucra el reemplazo de ese ligamento del codo con un tendón sacado de algún otro lugar (usualmente el codo o antebrazo del otro brazo) del cuerpo del paciente.
Patrick Corbin, Josh Johnson y Matt Moore –todos elegidos al Juego de Estrellas en algún momento– fueron operados, y el Novato del Año de la Nacional José Fernández fue al el quirófano hoy viernes.
Hoy por la tarde, los Rangers de Texas informaron que conversarán con su lanzador venezolano Martín Pérez, para determinar si él también se somete a esta intervención quirúrgica. "Es un problema. No cabe duda", dijo el comisionado de las mayores, Bud Selig. "Casi tengo miedo de leer el periódico, porque cada día hay alguna mala noticia".
La operación obliga a un jugador a perderse al menos una temporada completa, pero muchos lanzadores de poder –incluyendo a Chris Carpenter (2007), Stephen Strasburg (2010) y Adam Wainwright (2011)– volvieron a lanzar tan duro con sus brazos reparados como lo hacían antes de la cirugía. Matt Harvey todavía se recupera de la operación que tuvo el año pasado. La liga espera encontrar la manera de proteger estos valiosos codos antes que necesiten ser operados.
El doctor James Andrews, una eminencia en la cirugía ortopédica, se reunirá el lunes con un grupo investigador en la sede de Grandes Ligas. "Vamos a armar un proyecto de investigación para ayudarnos a descifrar esto. No sabemos qué decir en este momento", comentó Andrews. "Pero, sí, tiene la atención de todos".
Una encuesta realizada en 2013 encontró que el 25% de los pitchers de las mayores, y el 15% en las menores, se habían sometido a una Tommy John. "Esto no incluye a los que no volvieron (a jugar). Estas son historias con final feliz", dijo Glenn Fleisig, del Instituto Estadounidense de Medicina Deportiva que realizó el estudio con Stan Conte de los Dodgers.
Con el uso de máquinas de alta tecnología como resonancias magnéticas, los médicos usualmente pueden identificar con exactitud cuál es el problema. Y con la supervisión constante a la velocidad de los lanzamientos, cualquier variación provoca análisis.
Pero durante más de un siglo, los pitchers han tenido "dolor en el brazo" o "brazo cansado". "En esa época, podías estar en tu lecho de muerte y nunca le ibas a decir a alguien, porque si decías `me duele el brazo', había 15 tipos esperando para quitarte el puesto", recordó Tommy John. "Así que me quedé callado y seguí lanzando y lanzando y lanzando".
El procedimiento de reconstrucción del ligamento ha aumentado 10 veces en la última década de este siglo, escribieron Andrews y el doctor Jeremy Bruce en la edición de mayo de la revista de la academia estadounidense de cirugía ortopédica, citando un estudio de J.R. Dugas. Los expertos creen que los pitchers jóvenes lanzan ahora mucho más que hace una o dos décadas.
"El béisbol, que antes era considerado un deporte de temporada, ahora es un acontecimiento de todo el año en algunas partes de Estados Unidos, con más viajes y torneos patrocinados", escribieron Andrews y Bruce. Un estudio de la academia de cirugía ortopédica publicado en 2011 examinó a 481 lanzadores de entre 9 y 14 años, y luego los volvió a examinar 10 años después.
Los que lanzaron más de 100 innings al año tenían 3.5 más probabilidades de necesitar una cirugía del codo u hombro, o tuvieron que dejar de jugar. El director médico de los Mets, doctor David Altcheck, dijo que cada vez realiza más la cirugía entre adolescentes, que no son tan fuertes como los profesionales e intentan impresionar a base de velocidad. "Cuando lanzas todo el año, no tienes tanto tiempo para el acondicionamiento físico", señaló Altcheck. "Si se sacrifica el acondicionamiento, tu brazo se sobrecarga. Esa es una combinación desastrosa".
Después de la cirugía del doctor Frank Jobe a John en 1974, no hubo más de cuatro operaciones similares al año hasta que aumentaron a 12 en 1996, según una investigación de Jon Roegele, quien escribe para Hardball Times y Beyond the Box Score.
La cifra aumentó a 43 en 2003 y 69 en 2012, antes de bajar a 49 el año pasado. Tom House, un ex lanzador y coach de lanzadores en las mayores, propone fortalecer los músculos necesarios para lanzar. Pero John piensa que lo más importante es la elasticidad.
"Estos tipos de hoy en día pasan más tiempo en el gimnasio con pesas que en el montículo. La fuerza y las pesas están bien, pero si eso fuese todo, entonces Arnold Schwarzenegger ganaría 20 partidos", apuntó. "Son muy grandes y fuertes, pero hay muy poca elasticidad en sus brazos".
Por Ronald Blum / AP