Donald Sterling, el propietario de Los Ángeles Clippers suspendido de por vida por la NBA por hacer comentarios racistas, accedió a que su esposa Shelly vendiera su franquicia, reportaron el viernes varios medios de prensa estadounidenses.
Según el sitio web especializado en información sobre famosos TMZ, Sterling habría tomado esta decisión después de las conversaciones con sus abogados. Shelly Sterling, que controla el 50% de las acciones de los Clippers, ha estado mediante sus abogados negociando con la NBA desde que su esposo fue sancionado por el comisionado Adam Silver, el 29 de abril.
Si ella decidiera vender el equipo radicado en California, el caso Sterling podría encontrar un final más rápido de lo esperado por muchos analistas, que pronosticaban una larga batalla legal entre el propietario y la liga. "La señora Sterling siempre ha querido encontrar una solución pacífica a la disputa con la NBA", dijo a TMZ su abogado Pierce O'Donnell.
La NBA respondió a esta información recordando en un breve comunicado que "el proceso de liquidación de un propietario de la NBA continúa con una audiencia del dueño de Los Ángeles Clippers, Donald Sterling, prevista para el 3 de junio".
Se espera que los propietarios de la NBA voten después de esa audiencia para definir sobre el destino de Sterling. El multimillonario angelino tiene hasta el martes para realizar una respuesta formal a los cargos de la liga en su contra.
Sterling fue suspendido de por vida por la NBA por proferir comentarios racistas durante una conversación privada con su novia a quien acusó de "llevar negros a sus juegos" de los Clippers.
La conversación, grabada clandestinamente por la joven, se hizo pública por el sitio TMZ, lo que provocó una ola de indignación en Estados Unidos. La NBA reaccionó rápidamente al suspender de por vida de Sterling y le impuso una multa de 2,5 millones de dólares, a la vez que recomendó un cambio de propiedad del equipo. Desde entonces, Sterling se ha disculpado públicamente en una entrevista con la cadena CNN, en la que aseguró no ser un racista.
AFP