La escasa oferta hotelera en Río de Janeiro para el próximo Mundial de fútbol llevó los precios de alojamiento en la Cidade Maravilhosa a alcanzar los 400 dólares por un modesto cuarto. Ante esta situación, cada vez más habitantes de las favelas cariocas ofrecen sus casas para alojarse a un costo mucho menor, mientras que un aluvión de emprendedores intenta sacar partido con posadas y hostales baratos para los turistas extranjeros que quieran sentir de cerca el verdadero Brasil sin perder en comodidad.
"Por este paisaje, en cualquier hotel se pagaría una fortuna. Aquí, además, el turista puede conocer el día a día de la comunidad, ir a los bailes de samba y funk, y ayudar a terminar con los prejuicios que se tiene de las favelas", resaltó a LA NACION Marcelo Santos, 24, nacido y criado en la favela de Vidigal, donde alquila dos departamentos, uno de ellos con espectacular vista a las playas de Leblon e Ipanema.
El año pasado Santos convenció a su padre de alquilar las dos humildes propiedades extras que tiene la familia -con capacidad para hasta seis personas cada una- a extranjeros a través de sitios online. Les hicieron algunas reformas, las pintaron y les colocaron servicio de Internet. Ya pasaron por allí franceses, británicos, estadounidenses, españoles, mexicanos, nigerianos y hasta singapurenses.
Para el período de la Copa, que comienza el 12 de junio y termina el 13 de julio, tiene reservados los departamentos para un grupo de hinchas argentinos.
"Es cierto que la cuestión sanitaria es precaria, a veces falta el agua o se puede cortar la luz, pero los turistas vienen escapando de los altos precios de los hoteles y descubren que aquí la gente es amigable, divertida y no discrimina a nadie. Éste es el verdadero Brasil", agregó Santos, que cobra la estadía unos US$ 65 por día, US$ 225 por semana o US$ 550 por mes, con la esperanza de ahorrar para terminar sus estudios de ingeniería industrial y casarse con su novia.
Según la filial carioca de la Asociación Brasileña de la Industria de Hoteles (ABIH-RJ), en Río hay unas 55,000 camas en hoteles, posadas y albergues. Pero la expectativa es que de los 600,000 turistas extranjeros que vengan a Brasil para el Mundial, unos 100,000 pasen por la Cidade Maravilhosa, donde se disputarán siete partidos, entre ellos, la final del campeonato.
Por eso es que las habitaciones más baratas en estos establecimientos se conseguían -ya no- por unos US$ 200, mientras que las más lujosas superan los US$ 2000.
Por La Nación/ GDA