ALEMANIA — El ucraniano Wladimit Klitschko no tuvo piedad del samoano Alex Leapai y le liquidó en cinco episodios en un pleito que se cargó completamente del lado del aún monarca de peso completo de la Asociación Mundial de Boxeo, Organización Mundial de Boxeo y Federación Internacional de Boxeo.
Con casa llena en la Arena Koenig Pilsener en Alemania, Klitschko comprobó por qué se ha asumido como el mejor peso completo de la actualidad al ganar por decimoséptima ocasión consecutiva una pelea de campeonato mundial.
Klitschko mandó a la lona tres veces a Leapai, una en el primer round y dos en el fatídico quinto asalto, para llevarse el triunfo a los 2:05 del citado último asalto en el que sumó al samoano a su extensa lista de víctimas. Klitschko mejoró su marca a 62 -3 con 52 nocauts. Leapai se quedó con 30-5-3 y 24 nocauts.
Desde el primer asalto se evidenció que Leapai tendría muchos problemas con el jab de Klitscko, en su pronta desesperación lo cargó hasta las cuerdas sin causarle daño alguno. Acto seguido, Alex se fue a la lona, aunque no estuvo lastimado, pero cerró mal tras el buen jabeo del ucraniano y sólidos rectos de derecha. Maestro de la distancia, el campeón del mundo demostró una vez más cómo se deben usar los golpes rectos en el boxeo, jabeando y sacando como látigo su derecha para aplacar los pocos intentos de su retador en el segundo episodio.
El retador samoano aguantó metralla tras un Klitschko sabedor de que controlaba el pleito en todo momento. De repente sacó Leapai un volado de mano derecha que apenas acarició la mejilla del Campeón, que se apresuró a cerrar fuerte el tercero. Wladimir, con el apoyo a su favor en todo momento, aprovechó el corto alcance de su enemigo, para castigarlo severamente, evadiendo los pocos intentos de contraataque del samoano avecindado en Australia y terminando el episodio a tambor batiente.
Ya en el quinto Wladimir dejó de consentir a su rival y le envió a la lona con una mano derecha portentosa de la que el guerrero samoano se levantó valiente. Sin embargo, ya el ucraniano había decretado el principio del fin pues no lo dejó vivir, sacó de nueva cuenta su mano derecha y lo envió contra el tapiz de forma espectacular para obligar al réferi Eddie Cotton, a detener el pleito.
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