Barcelona, España — Barcelona y Atlético de Madrid empataron 1-1 con golazos brasileños por los cuartos de final de la Liga de Campeones, confirmando que la eliminatoria europea será reñida hasta el final, con desenlace el próximo miércoles en el cotejo de vuelta en feudo rojiblanco.
Con ambos equipos a un punto de distancia en la Liga Española que lidera el Atlético a falta de siete fechas, y tres empates en sus tres enfrentamientos previos, el inédito cruce de Champions se antojaba reñido y apasionante.
El intenso partido de ida no defraudó, con múltiples ocasiones para ambos y un golazo por bando. El brasileño Diego Ribas, que ingresó de suplente a los 56 minutos por el lesionado Diego Costa, desniveló por el Atlético con una genialidad a los 56 minutos, y su compatriota Neymar igualó a los 71 por los azulgranas, su segunda diana al equipo dirigido por el argentino Diego Simeone en lo que va de campaña.
El también argentino Lionel Messi se quedó sin marcar tras anotar ocho tantos en sus últimos cuatro cotejos, y tampoco celebró alguno Diego Costa, que suma 36 en el curso por el Atlético y se tuvo que retirar antes del descanso, lo mismo que el central azulgrana Gerard Piqué. El Atlético, único invicto del torneo junto con el Real Madrid, volverá pues al estadio Vicente Calderón con un valioso botín que le permite seguir soñando con ganar su primera Champions.
Los azulgranas cuentan cuatro trofeos, pero ven peligrar su racha de siete semifinales consecutivas por el valor doble de los goles a domicilio. Retirado antes de tiempo del último entrenamiento por precaución, Costa inició finalmente de titular y, salvo la novedad de José Manuel Pinto en el arco por el lesionado Víctor Valdés, el argentino Gerardo Martino apostó por el mismo once que derrotó al Madrid en el clásico, con cuatro mediocampistas, más Neymar y Messi en punta.
La consigna de los hombres de Simeone quedó clara desde el arranque: presionar la salida de balón azulgrana y el susceptible juego de pies de Pinto. La maniobra casi resultó en un tanto de Villa cuando Arda Turan controló una mala entrega del arquero y habilitó al asturiano, con todo a favor pero el punto de mira desviado.
El infortunio lamentado por Martino en la previa se agravó para el Barsa con la lesión de Piqué a los 12 minutos, a quien el canterano Marc Bartra relevó en el centro de la zaga. Con Costa relamiéndose de posibles contragolpes, los azulgranas se esmeraron en el control de la pelota y Messi se activó entre líneas, arrastrando a Miranda fuera de la barricada atlética y filtrando un balón exquisito que Andrés Iniesta, escorado, estrelló en el cuerpo del uruguayo Diego Godín, raudo en la ayuda defensiva.
Costa aceptó el reto y dibujó una de sus clásicas salidas en cancha propia, pero no le acompañó el cuerpo en la aventura y el nacionalizado español se paró en plena carrera. Tras una larga conversación con Simeone, el ariete y sus 36 goles en la temporada se retiraron a la caseta, entrando en relevo el creativo Ribas (30).
Sin su abanderado en punta, el Atlético bajó las revoluciones e intentó apaciguar el juego, circunstancia aprovechada por el Barsa para dar un golpe de riñón y rozar el 1-0 con un cabezazo picado de Messi a centro de Alves, tapado por Courtois, y un enrabietado zapatazo de Neymar, que se fue alto por poco. Pero la primera mitad acabó como empezó, con una nueva ocasión para Villa ante su ex equipo, esta menos clara pero que obligó a una meritoria mano de Pinto ante el disparo raso del asturiano.
La reanudación agarró al Barsa falto de ideas ante el orden espartano del Atlético en defensa, sin la boya de Costa en el horizonte pero con la brújula de Ribas para navegar entre mares. Una falta de Iniesta en labores de recuperación sobre el brasileño la sirvió en corto Gabi Hernández y Ribas se sacudió los complejos con un mísil de 25 metros que sacó las telarañas del rincón de Pinto, capaz únicamente de rozar con los dedos el balón.
Cumplido el objetivo del gol de cara a la vuelta, el Atlético intentó atemperar la reacción azulgrana, que empezó con un cañonazo de Sergio Busquets que obligó a la estirada de Courtois y siguió con una asistencia de lujo de Iniesta para la carrera de Neymar, quien ganó la espalda a la zaga colchonera y batió con el interior del pie al arquero ante la mirada del seleccionador de la "canarinha", Luis Felipe Scolari, presente en el palco.
Incombustible, Iniesta intensificó el abordaje local con otra comba lejana y envenenada, pero Courtois puso la mano firme de nuevo, confirmándose como el mejor de su equipo con su enésima intervención estelar en tiro libre directo de Messi.
Por Alex Oller / AP