Chicago — A las 2:55 de la tarde, en el sonido interno del U.S. Cellular Field se escuchó: "Ahora el cuarto bate y primera base, José Abreu". Acto seguido, salió del dugout de los Medias Blancas de Chicago el número 79, con la misma fuerza con la que brotaron sus lágrimas.
El enorme cubano, a quien el conjunto del Sur de Chicago firmó por seis años y 68 millones de dólares en el último invierno, no pudo contener la emoción de su primer momento oficial en Grandes Ligas y en el que fue aplaudido casi al unísono por las 37 mil 422 personas que llenaron el estadio.
"No hay palabras para expresar exactamente lo que sentí en ese momento. Como siempre digo le doy gracias a Dios por permitirme estar donde siempre esté", dijo Abreu, tras cumplir con su sueño de jugar en Grandes Ligas.
Esa presentación y esos sentimientos desbordados que sintió el cubano de los Medias Blancas solo fueron la antesala de lo que sería realmente su debut en el máximo nivel, donde este lunes tuvo un estreno soñado. Primero se graduó de grandeliga, segundo conectó su primer hit en las mayores en su primera aparición al home plate y, al final de todo, su equipo ganó.
"Esas son cosas que todas las personas que anhelamos jugar en Grandes Ligas esperamos hacer en nuestros primer juego", dijo. En su primer turno al bate, Abreu conectó un pitcheo en recta de Ricky Nolasco, abridor de los Mellizos de Minnesota, hacía el jardín derecho. El batazo voló al guardabosque, Oswaldo Arcia, y se convirtió en doble, el primer extrabases en las mayores para el cubano, de 27 años de edad. Al llegar a segunda y pedir tiempo, solo hubo un pensamiento en la mente de Abreu, su madre: Daisy Correa, quien temprano en la mañana lo despertó, desde el exilio, con una llamada que llevaba un mensaje claro y directo.
"Creo que si estuviera aquí hubiera estado muy contenta de ver ese contacto, pero sé que donde está estuvo viendo el juego también y creo que debe estar bien contenta por ver a su hijo jugar en Grandes Ligas", aseguró Abreu, quien agregó: "En la mañana, ella me levantó y solamente me dijo una cosa: "juega el partido como si fuera el último, que las cosas te van a salir bien".
Abreu le hizo caso y el consejo de su madre no falló. Luego de ese hit inicial, en la segunda entrada, el cuarto bate le siguió con un sencillo al bosque izquierdo en su segundo turno. Ese indiscutible le sirvió para remolcar su primera carrera en el máximo nivel, una carrera que puso adelante (3-2) a los Medias Blancas y terminó en encaminarlos a la victoria, 5-3.
Al finalizar el encuentro, el cubano encontró en su locker la pelota de su primer hit y la alineación oficial que presentó su manager, Robin Ventura, para el juego. Ambos obsequios para él. "El valor de eso es algo bien grande. Todas esas cosas son importantes para mí, porque algún día tendré a mi niño aquí y si le gusta la pelota va a tener todas esas cosas, para que sepa por lo que yo pasé en mi primer juego en Grandes Ligas. Todo eso se lo voy a guardar en su cuarto para que el día que él venga los tenga ahí de recuerdo", dijo Abreu.
La línea final del cubano, en su primer encuentro en Grandes Ligas, fue de 4-2, siendo las dos conexiones con las que fue outs, dos conexiones sólidas, ambas hacia el jardín central y que exigieron la velocidad de Aaron Hicks, para que fueran fildeadas.
La primera probada, la primera impresión de Abreu en Grandes Ligas fue grata y mostró lo que los Medias Blancas confían que él es capaz de tener, así como el talento que tiene el cubano para continuar adelante con su sueño en las mayores. "El sueño fue completado, pero es el comienzo de una carrera que de verdad queremos sea bonita en Grandes Ligas", dijo Abreu, quien finalizar su compromiso con los medios se retiró a contarle a su madre toda la experiencia vivida este lunes 31 de marzo, el día de su debut en Grandes Ligas. "Cuando hablé con ella ahorita le daré las gracias por tomar la decisión que tomó para arrancar –de Cuba– ese día que decidimos venirnos para acá".
Por Billy Russo/ ESPNDeportes.com