Goodyear, Arizona — El cubano Aroldis Chapman, con ambos ojos morados pero con una sonrisa de oreja a oreja, volvió ayer domingo al vestuario de los Rojos de Cincinnati, cuatro días después de ser impactado en el rostro por una línea. Chapman "Me siento mejor de lo que esperaba", declaró el cerrador cubano. Chapman llevaba puesto un gorro, acomodado para que pudiera cubrir los puntos de sutura tras la cirugía.
El zurdo de 26 años fue operado el jueves tras sufrir la fractura de un hueso encima del ojo izquierdo, luego que en la noche previa fue alcanzado por el batazo del venezolano Salvador Pérez, de los Reales de Kansas City. Chapman dijo que supo de inmediato que saldría bien, pese al dolor. Añadió que no le afectó hasta que le informaron que podría estar un par de meses sin lanzar: "Eso me puso bien mal", acotó. Lo que sigue es un programa de ejercicios cardiovasculares y lanzar desde terreno fijo, lo cual debe abarcar entre ocho y 10 días. Su baja tomaría entre seis y ocho semanas.
Chapman dijo sentirse abrumado por todas las expresiones de aliento y solidaridad que recibió de sus compañeros, oponentes, otros peloteros cubanos en Estados Unidos y gente alrededor del mundo. "Me alegraron las visitas. Todos mis compañeros vinieron a verme, todos los jugadores cubanos en la zona", dijo Chapman.
También relató que ha visto varias veces el video, y que se considera afortunado: "Esto pudo ser algo peor. Ahora no tengo dolor. Pude poner una foto en Instagram". Los Rojos deberán encontrar un cerrador para reemplazar a Chapman para el inicio de la temporada. El cubano es uno de seis jugadores del equipo que comenzarán el año en la lista de lesionados.
AP