El francés Renaud Lavillenie ha batido hoy sábado en Donetsk (Ucrania) el récord mundial de salto de pértiga bajo techo tras alcanzar los 6 metros y 16 centímetros, logrando así superar la marca del histórico atleta ucraniano Sergei Bubka que logró pasar por una altura de 6 metros y 15 centímetros en 1993.
Se da la casualidad de que la marca de Bubka se produjo también en el Mitin de Donestk. Con este nuevo hito, Lavilleine demuestra que al día de hoy, y a sus 27 años, es el mejor pertiguista del mundo. El francés completa así un palmarés en el que ya contaba con un oro olímpico, dos títulos de campeón de Europa bajo techo, dos títulos de campeón de Europa y una plata y dos bronces en los tres últimos mundiales.
A pesar de esto, Bubka sigue manteniendo el récord mundial al aire libre. Una plusmarca que mantiene desde el 31 de julio de 1994, cuando saltó 6.14 en Sestriere (Italia).
Una vieja aspiración familiar
Renaud Lavillenie, campeón olímpico en Londres 2012, ha rematado en Donetsk, la casa del zar de la pértiga, Sergey Bubka, la vieja aspiración de una familia que hizo una religión de esta disciplina atlética en la que ya sólo le queda por alcanzar el título mundial al aire libre.
El alemán Raphael Holzdeppe le impidió, el año pasado en los Mundiales de Moscú, completar la triple corona, pues ya era titular olímpico y había logrado dos coronas europeas, además de poseer el título universal bajo techo.
Su salto de este sábado en Donetsk, de 6,16 metros, el mejor de la historia ya sea en pista cubierta o al aire libre, le concede la supremacía total. El abuelo del nuevo plusmarquista, Jean, era un apasionado de la pértiga. Su padre, Gilles, llegó a ser un atleta amateur de nivel mediano con la garrocha.
La tercera generación, Renaud, ha colmado todos los anhelos familiares. Nacido el 18 de septiembre de 1986 en Barbezieux-Saint-Hilaire, en la región francesa de Poitou-Charentes del distrito de Cognac, Lavillenie aprendió desde niño los rudimentos de la pértiga, juguete preferido que compartió con su hermano menor, Valentín.
Con Renaud, la acreditada escuela francesa de pértiga ha encontrado a su más ilustre discípulo. A lo largo de la era IAAF, desde 1912, le precedieron como plusmarquistas mundiales sus compatriotas Thierry Vigneron (5,75 en 1980, recuperó el récord tres veces), Philippe Houvion (5,77 el mismo año) y Pierre Quinon (5,82 en 1983).
Lavillenie venía anunciando el récord desde hace dos temporadas, familiarizándose con el listón en 6,16 metros, y su visita a Donetsk, donde Bubka le recibió esta semana con honores de plusmarquista, ha obrado el prodigio: 6,16 al primer intento. El récord mundial caía después de 21 años.
El nuevo zar de la pértiga prepara sus campañas invernales en el clima tropical de la Isla Reunión, en el océano Índico, donde trabaja al aire libre. Esta temporada, en su primera competición al llegar a Europa, la víspera de Nochebuena, se descolgó con una marca de 5,93 en Aulnay-sous-Bois.
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