Cubanos en el Pabellón de la Fama de la Serie del Caribe
Por José Luis Martínez/ Especial para Pasión Magazine
jlmg93@yahoo.com
Hace 18 años el presidente de la Confederación de Béisbol del Caribe, Juan Francisco Puello, puso en marcha la creación de un Pabellón de la Fama con el objetivo de homenajear a los peloteros que más logros alcanzaron en las Series del Caribe, así como a otras personas vinculadas con este evento. Como es de suponer hay varios cubanos que han sido exaltados a este Pabellón, entre ellos se encuentran un árbitro, un narrador deportivo y ocho peloteros.
El primer cubano en ser elegido fue el destacado lanzador Camilo Pascual en el año 1996. Pascual participó en tres Series del Caribe, dos con el equipo de los Elefantes del Cienfuegos (1956, 1960) y una con los Alacranes del Almendares (1959). En cada una de esas series ganó dos juegos.
En la del 1956 quedó como líder en ponches (13) y en entradas lanzadas (18), además de compartir el liderato de las victorias con su compatriota Pedro Ramos. Ese año fue seleccionado como uno de los dos serpentineros del equipo Todos Estrellas.
Nuevamente en el 1959 integró el elenco ideal y fue colíder en victorias junto con el norteamericano Werner Birrer. Para el 1960 fue el lanzador que más juegos ganó y su PCL de 1.10 fue el mejor de todos. En la segunda apertura que tuvo ese año lanzó una joya de pitcheo al blanquear a los Criollos de Caguas de Puerto Rico 4-0, permitiendo un solo hit. En total consiguió seis éxitos que constituyen la mayor cantidad de triunfos en la historia del torneo, empatado con el venezolano José Bracho y el boricua Rubén Gómez.
En el 1998 los jugadores de cuadro Atanasio Pérez y Héctor Rodríguez, ambos con cuatro Series del Caribe, fueron exaltados al Pabellón de la Fama. Tany Pérez tuvo una labor extraordinaria durante toda su carrera como pelotero, que fue reconocida también por el Salón de la Fama de Cooperstown en el año 2000.
El oriundo de Ciego de Ávila jugó sus cuatro Series del Caribe en representación de Puerto Rico con los Leones de Ponce (1970), Cangrejeros de Santurce (1971, 1973) y Criollos de Caguas (1979). Entre sus distinciones individuales aparecen las dos veces que fue escogido como el tercera base y el bateador designado del equipo Todos Estrellas de las series del 1970 y 1979 respectivamente.
Por otro lado, Héctor Rodríguez fue uno de los fundadores del evento al formar parte de la escuadra del Almendares que ganó la primera serie en el 1949. Desde ese año hizo sonar su madero al ser el jugador que más indiscutibles cosechó con 11. En sus restantes series (1950, 1954, 1955) siempre jugó con el club almendarista. Su actuación más destacada fue en el 1950 cuando ganó la corona de bateo al promediar para 474 y fue el líder en carreras anotadas (6) y triples conectados (2).
Edmundo Amorós en el 1999 resultó ser el cuarto cubano elevado al Salón de la Fama del Caribe. "Sandy" jugó en cuatro clásicos caribeños para el Habana (1951, 1952, 1953) y Almendares (1959). En su segunda serie fue uno de los peloteros más importantes de su equipo, que terminó invicto con balance de 5-0.
En ese campeonato ganó la corona de bateo con promedio de 450, lideró el casillero de los dobles (4) y anotaciones (6), además de haber remolcado la única rayita en el juego sin hits ni carreras lanzado por el estadounidense Tommy Fine. Debido a su magnífica labor fue el jardinero izquierdo del Todos Estrellas.
Un año después la satisfacción de ser elegido la vivió Orlando Peña. El "Guajiro" compartió sus participaciones en las Series del Caribe con los conjuntos del Almendares (1959), Cienfuegos (1960) y los equipos venezolanos Navegantes del Magallanes (1970) y Tiburones de La Guaira (1971). En la serie del 1959 cargó con la única derrota del Almendares al caer en un dramático enfrentamiento contra Rubén Gómez de los Cangrejeros de Santurce 2-1.
Pero su venganza contra los boricuas se hizo posible cuando en el séptimo partido derrotó en un sensacional duelo a Lloyd Merritt 1-0. En el 1970 fue incluido en el conjunto ideal al lanzar 18 entradas, finalizar con un PCL de 2.00 y conseguir dos de los siete triunfos de los Navegantes, que a la postre quedaron campeones bajo la tutela del cubano Carlos Pascual.
El locutor deportivo Rafael Ramírez fue el siguiente criollo en recibir el honor de entrar al Pabellón de la Fama en el año 2003. "Felo" también fue fundador de los clásicos caribeños y en total narró en 40 ediciones. En el 2001 ya él había recibido el premio Ford Frick otorgado por el Salón de la Fama de Cooperstown en reconocimiento por sus grandes contribuciones al béisbol.
En el año 2004 Diego Seguí se convertiría en el séptimo cubano en ser inmortalizado. El otrora lanzador participó en tres series caribeñas, siempre con la novena venezolana Leones del Caracas (1973, 1978, 1980). En el 1973 integró el equipo Todos Estrellas como el mejor lanzador derecho del certamen, pues en los dos juegos en que intervino acumuló 17 ponches y logró una efectividad de 0.00, líder en ambos aspectos.
En esa ocasión obtuvo una victoria producto de un juego completo que le lanzó a los Cangrejeros de Santurce, donde no permitió carreras y ponchó a 15 adversarios. En su segunda serie acaparó los lideratos en victorias (2) y entradas lanzadas (12.0).
El primer árbitro latinoamericano en trabajar en las Grandes Ligas, Armando Rodríguez, junto con Orestes Miñoso serían los nuevos antillanos en ingresar al recinto de los inmortales en el 2005. Rodríguez no solo se destacó por impartir justicia en Las Mayores, ya que tuvo una larga trayectoria por distintas ligas nacionales de la región y en especial en las Series del Caribe, donde se desempeñó como árbitro en 16 campañas. Hasta este momento solo Rodríguez y el mexicano Víctor Sáiz (17 series) son los únicos árbitros que están incluidos en el Salón de la Fama del Caribe.
Entre tanto Miñoso, quien es considerado como uno de los mejores peloteros que ha dado la Isla, participó en las series del 1957 y 1958 con los Tigres de Marianao. "Minnie" en el 1957 quedó como líder en carreras impulsadas con 7 y fue el jardinero izquierdo más destacado. Tal reconocimiento lo recibió otra vez en el 1958.
El último cubano en ser exaltado al Pabellón de la Fama fue Pedro Formental en el 2006. Formental jugó en las Series del Caribe del 1951, 1952 y 1953 con los Leones del Habana.
Su mejor torneo fue el del 1953 pese a tener 37 años de edad. En esa ocasión ganó la corona de bateo con un robusto promedio de 560, además de ser el líder en hits (14) y triples (2), actuación que le valió para ser escogido como el jardinero derecho del equipo ideal.
Cuba (10) hasta ahora se ubica en la cuarta posición entre los países con mayor representación en el Pabellón de la Fama del Caribe, por detrás de Puerto Rico (16), México (14) y Venezuela (14), superando así a la República Dominicana (8), Estados Unidos (5) y Panamá (3). La cifra de 10 cubanos hace rato que debió haber aumentado, pero existe un gran problema desde el 2009 que ha sido el responsable de que el grupo de criollos no haya crecido.
Todo se debe a que la Confederación del Caribe decidió que a partir de ese año los nuevos integrantes del Salón de la Fama tenían que ser elegidos obligatoriamente en sus respectivos países cuando estos fueran sedes de la Pequeña Serie Mundial.
Esperemos que esta situación cambie en la versión de San Juan 2015 porque es injusto que varias luminarias cubanas no pertenezcan al Nicho de los Inmortales por el capricho de unos cuantos individuos que saben perfectamente que Cuba tardará varios años para poder organizar una Serie del Caribe.
