Nueva Jersey, EE.UU. — Un individuo que vino de Austria para pasearse vestido como Mozart. Pick Boy, el super heroe de Nickelodeon interrogando a los jugadores. Y un niño de seis años que se puso a bailar con animadoras. Así fue otro alocado día de prensa del Super Bowl, esta vez montado en una arena de hockey.
Más de 6.000 periodistas, pseudo-periodistas y otros "medios" de todas partes del mundo se congregaron el martes en la sede de los Devils de Nueva Jersey de la NHL para tomarle el pulso a los Broncos de Denver y Seahawks de Seattle previo al partido por el campeonato de la NFL.
Las preguntas habituales sobre el partido pasaron a un segundo plano por cuestionamientos fuera de lo común. Alguien le preguntó al centro de los Seahawks Max Unger si podía acariciarle su tupida barba. Dijo que sí. Una mujer le pidió un beso al defensor de los Seahawks Brandon Mebane.
El día de prensa sirve de marco para escenas estrafalarias. Inclusive los mismos jugadores dedicaron tiempo a la reportería. DeSean Jackson, un wide receiver de los Eagles de Filadelfia, fue coanfitrión de un programa del canal BET. Brett Keisel, defensive end de los Steelers, entrevistó a sus colegas como parte de una campaña publicitaria de una marca de champú. "Esto es una locura", dijo Malik Jackson, defensive end de los Broncos.
"Nos dijeron que vendría gente disfrazada, pero esto no se cree hasta verlo". También acudieron varias celebridades. El actor Nick Cannon se paseó con una camiseta de Peyton Manning. Michelle Williams, ex cantante de Destiny's Child, le pidió cantar a varios jugadores. Pero el más popular fue Lil Terrio, el niño que se hizo famoso por sus vídeos "Ohhh, kill 'em" que sube en la aplicación Vine. Varios jugadores se sacaron fotos con el niño, interrumpieron las entrevistas para llamarle y todos le pedían que se pusiera a bailar.
En cuanto a los jugadores, Manning y el cornerback de Seattle Richard Sherman fueron los más asediados por la prensa. Manning esquivó las preguntas sobre su "legado" y Sherman tenía tantas de ganar de hablar que se presentó con varios minutos de antelación para su comparecencia de una hora.
Varios jugadores grabaron lo que ocurría a su alrededor, una experiencia singular para muchos de ellos que quizás no vuelvan a ser protagonistas de un Super Bowl. "Quiero compartir la experiencia con mi familia", dijo el receptor de los Seahawks Golden Tate, quien empleó las gafas inteligentes de Google y se colocó la cámara Go Pro encima de su gorro. "Quiero grabar lo que ocurre tras bambalinas. Es una manera de compartir".
Por Rob Maaddi/AP