Melbourne, Australia – El serbio Novak Djokovic no quiso ser menos y recordando la contundente victoria del sábado del español Rafael Nadal ante el francés Gael Monfils liquidó hoy al italiano Fabio Fognini por un devastador 6-2, 6-0 y 6-2 para plantarse en los cuartos de final del Abierto de Australia, una ronda del Grand Slam que ya ha pisado 19 veces consecutivas.
El actual defensor del título sentenció el encuentro en tan solo 94 minutos y continúa sin ceder un solo set en cuatro encuentros disputados en Melbourne. En esa ronda también estará David Ferrer, que venció al alemán Florian Mayer, pero no Tommy Robredo, que cayó ante el suizo Stanislas Wawrinka en el último partido de la jornada. Ya lleva el serbio 25 partidos ganados en el Abierto de Australia donde se ha llevado tres veces el título, y 28 en total desde que cedió su último encuentro en el circuito, la final del Abierto de EE.UU. del 2013 ante Nadal.
Tal cantidad de victorias le ha proporcionado un control casi total en los partidos que disputa, demostrado hoy al vencer a un peligroso rival como Fognini, al que rompió el servicio seis veces y al que provocó 44 errores no forzados, salvando el encuentro sin ceder una sola ocasión de rotura. Y todo esto sin jugar un torneo oficial de preparación para el primer grande de la temporada.
Tan solo la exhibición de Abu Dabi mientras que Nadal y Ferrer por ejemplo, además de jugar también allí, se repartieron en Doha y Auckland, respectivamente. Solo el suizo Roger Federer, y el estadounidense Jimmy Connors con 36 y 27, respectivamente, superan a Djokovic en cuanto a apariciones consecutivas en los cuartos de un grande. Fognini, que aspiraba a convertirse en el primer italiano en alcanzar los cuartos de final de este grande desde Cristiano Caratti en 1991, admitió su derrota como algo previsible si "Nole" se encuentra en estado de gracia, como sucedió hoy.
"Para ganarle tendría que haber estado al 110 por ciento, lo que no sucedió", dijo el discípulo del español José Perlas. Mientras al serbio le quedaron fuerzas de sobra para ceder a la petición de Jim Courier, comentarista del Canal 7, que le pidió que imitara en pista al actual entrenador del número dos, el alemán Boris Becker, algo que "Nole" cumplió para alborozo del público de la central. Le sale al paso ahora a Djokovic el suizo Stanislas Wawrinka, que derrotó al español Tommy Robredo, por 6-3, 7-6 (3) y 7-6 (5).
Tommy, que llevaba una ventaja de 6-1 en sus enfrentamientos con "Stan", pagó los esfuerzos de sus tres partidos anteriores, cuando el termómetro subió hasta los 44 grados Celsius, contra el checo Lukas Rosol y los franceses Julien Benneteau y Richard Gasquet, en los que se desgastó en 13 sets en total.
La batalla Djokovic-Wawrinka será una repetición del épico duelo de octavos del pasado año cuando Djokovic se impuso 12-10 en el quinto set, una contienda que acabó a las 01:41 de la madrugada. "En aquel partido estuve a solo unos puntos de perder", recordó hoy "Nole" con cierto alivio.
El español David Ferrer, que venció al alemán Florian Mayer, por por 6-7 (5), 7-5, 6-2 y 6-1 en un gran despliegue de fuerza en los dos sets finales, no tuvo reparos en admitir que tanto Djokovic como Nadal se encuentran en un escalón superior, y detrás van el británico Andy Murray, el suizo Roger Federer, y Ferrer mismo, y eso que el de Jávea, semifinalista dos veces en Melbourne (2011 y 2013), al demoler a Mayer sumó su novena aparición consecutiva en los cuartos de un grande, prueba de su regularidad.
Fue el suyo un duelo con tintes de Copa Davis, ante la próxima confrontación a finales de mes Alemania-España en Francfort, aunque habrá que esperar al martes, para saber si Ferrer estará en el equipo de Carlos Moyá. David destrozó mentalmente a Mayer con su solidez desde el fondo de la pista, y 66 golpes ganadores para hacerse con el encuentro en dos horas y 55 minutos.
Con casi todos los puntos defendidos con respecto al 2013 en este torneo, Ferrer se enfrentará ahora con el checo Tomas Berdych, que superó al sudafricano Kevin Anderson, 6-2, 6-2 y 6-3, en una hora y 58 minutos. Miguel Luengo ( EFE)