Se suponía que los Dolphins estarían eliminados a estas alturas de la temporada, y que su única preocupación sería conservar saludable a Ryan Tannehill y esperar la respuesta de la NFL a un escándalo de acoso en el interior del equipo.
Pero algo frustró las predicciones de que Miami tendría una foja con más derrotas que triunfos y viviría una debacle ineludible después de que un integrante de la línea ofensiva abandonó el equipo al señalar que un compañero lo hostigaba y amenazaba.
Columnistas, rivales y espectadores por igual pusieron en duda el liderazgo del equipo, dijeron que el cuerpo de entrenadores había cedido el control al guard Richie Incognito, el jugador señalado por el presunto acoso.
Pero en vez de hacer implosión, los Dolphins se unieron. En lugar de desplomarse, encontraron la forma de ganar. "Fue como una bendición disfrazada", dijo el tackle Bryant McKinnie. Ahora, los Dolphins se encuentran en la antesala de los playoffs, con un repunte tan sorpresivo como oportuno.
Tienen por delante dos partidos que parecen accesibles, ante Búffalo y los Jets de Nueva York, y controlan su destino en una campaña en la que no parecían controlar siquiera su vestuario.
Los jugadores dicen que la respuesta serena del entrenador Joe Philbin a la crisis de noviembre los colocó en la senda del triunfo. "La adversidad te puede fortalecer, porque todos se pueden unir en torno de tu líder, o te puede desintegrar porque ese líder es presa del pánico", dijo Patrick Lencioni, quien escribe sobre temas de liderazgo y trabajo en equipo dentro del ámbito empresarial.
"Es claro que él no se dejó dominar por el pánico". El equipo daba tumbos incluso antes de que Jonathan Martin abandonara sus filas, a lo que siguió la suspensión interna a Incognito. Los Dolphins habían perdido cuatro encuentros en fila para caer a una foja de 3-4, y el caos amenazaba con hundir a un equipo que ucía frágil.
El dueño Stephen Ross expresó su indignación. "Hay que hacer cambios", dijo. Pero no se realizaron grandes modificaciones. Llegaron reemplazos de Martin e Incognito, y mostraron capacidad. El cuerpo de entrenadores permaneció intacto y el gerente general Jeff Ireland conservó su empleo. Y mientras los investigadores de la NFL viajaban a Miami para realizar entrevistas y averiguar qué le hizo o dijo Incognito a Martin, algo sí empezó a transformarse.
Miami comenzó a ganar. La línea, con los reemplazos, concedió menos capturas y abrió huecos para acarrear el balón. Y el domingo, un safety sustituto que jugaba su primer encuentro en la NFL interceptó un pase en la zona de anotación para coronar una victoria sorpresiva sobre Nueva Inglaterra.
Así, los Dolphins se colocaron en un carril de privilegio que podría colocarlos en la postemporada por primera vez en cinco años. "Ante todas estas distracciones, todos queríamos ganar", dijo McKinnie. "Encontramos la forma de seguir concentrados".
Tim Dahlberg/AP