Mientras la NFL investiga el caso del tackle ofensivo de Dolphins de Miami, Richie Incognito, quien provocó que su ex compañero de equipo Jonathan Martin se diera de baja y se internara en una institución por problemas emocionales, se desata una alerta en la liga por viejas costumbres que obligan a jóvenes jugadores a pagar un derecho de piso por formar parte de la liga.
Es común que los veteranos pongan a prueba el carácter de los novatos, y para ello los someten a una serie de rituales. Los jugadores con menos experiencia son obligados a pagar grandes cuentas en restaurantes o viajes para sus compañeros, a cargar con las maletas y la utilería de los veteranos antes y después de los entrenamientos, soportar ridículos cortes de cabello o cantar ante el resto del equipo, por mencionar los ejemplos más conocidos.
El problema llega cuando las cosas se salen de control. En el caso Incognito-Martin, aparentemente el staff de entrenadores le pidió al primero que “alineara” a Jonathan después de que no se presentara a una actividad voluntaria en la pretemporada.
Su ausencia no fue bien vista y un veterano entró en acción. Incognito, quien llegó a ser nombrado el jugador más sucio de la NFL, se encargó de poner presión y aparentemente se le pasó la mano, al acosar a Martin con mensajes de texto amenazantes y racistas, comentaron a AP personas con conocimiento del contenido del caso.
Richie fue suspendido por el equipo y se ha dicho que no regresará a jugar para Miami; sus ahora ex compañeros han salido en su defensa.
Cris Carter, ex receptor y ahora comentarista de ESPN, aseguró que el centro de Miami, Mike Pouncey, y varios jugadores rechazan que sea un tipo racista.
Un reportero del Miami Herald, Armando Salguero, publicó una historia en la que Incognito era considerado un “negro honorario”. No espero que lo entiendas porque no eres negro”, le dijo un jugador al reportero, “ser un tipo negro, ser un hermano, es más que el color de tu piel. Es cómo eres, cómo juegas, de dónde vienes, la experiencia que tengas. Son muchas cosas”.
La historia ha crecido al grado de que al vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, se le preguntó del tema, ya que el presidente Barack Obama ha puesto especial énfasis en la prevención del bullying. (Excelsior)