Los baloncestistas descalzos de México, el grupo de niños que acaba de ganar un torneo en Argentina, se han convertido en la nueva cara bonita del deporte de ese país, lastimado por las derrotas de la selección de fútbol, incapaz de clasificarse de manera directa al Mundial de Brasil.
Se trata de un conjunto de chicos de 11 años representantes de la comunidad indígena triqui de Oaxaca, una de las más pobres del país, que hace tres días se coronaron en el Internacional de baloncesto infantil de Córdoba, donde se ganaron la simpatía de la gente por ser auténticos, algunos al jugar sin zapatos.
El equipo llegó hoy a la Ciudad de México y fue recibido en el aeropuerto por decenas de simpatizantes y dirigentes, mientras la Cámara de Diputados reconoció su victoria con un minuto de aplausos.
Los baloncestistas descalzos forman parte de un proyecto de educación y exaltación de valores a través del deporte que se lleva a cabo en Oaxaca con unos 2.500 niños pobres de una comunidad en la que una gran cantidad de infantes deja la escuela antes de llegar al nivel de Secundaria y muchas niñas se casan antes de los 15 años.
En Córdoba los jóvenes ganaron sus siete partidos, pero más que eso cautivaron a la gente por ser auténticos, sin complejos ante rivales con buenas zapatillas para jugar a baloncesto, mientras muchos de ellos jugaban descalzos porque así se entrenan y caminan en su lugar de origen.
Aunque no hay comparación posible por tratarse de un deporte infantil que no tiene nada que ver con el fútbol profesional, al menos en las primeras horas después del triunfo, los medios y las redes sociales han mostrado orgullo por los niños, que sin dinero han mostrado mucha vergüenza, mientras los futbolistas del tri, con salarios millonarios, fueron humillados en la Concacaf.
"Las victorias del equipo triqui de la Academia de Baloncesto Indígena de Oaxaca son un orgullo para los mexicanos", dijo en su twitter el presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien se sumó a los elogios a los pequeños héroes. Los niños que regresaron hoy a sus casas en la montaña reaparecerán a finales de este mes en la Copa del caribe, en República Dominicana. (EFE)