El equipo Gila Monster está compuesto por jugadoras sordomudas e intérpretes, quienes se comunican a través del lenguaje de las señas, en una nueva prueba de superación en la Liga de Fútbol de Mujeres de Tucson (Arizona). "Este equipo ha existido por aproximadamente ocho años pero yo tengo más tiempo jugando", dijo a Efe Lani Murashige, una de las jugadoras sordomudas del equipo compuesto por once mujeres.
"El equipo original Gila Monster era un equipo de sordomudas, compuesto por miembros y profesoras de la Escuela de Sordos y Ciegos de Arizona pero con los años varias de las jugadoras se fueron y abrieron las posiciones para intérpretes", agregó la joven de 23 años de edad.
Para las jugadoras del equipo, en el fútbol, ampliamente considerado el deporte más popular del mundo, no importa la comunicación con palabras sino lo que más importante es que el balón entre en el arco contrario. "Yo he notado que no hay retos. El que no pueda escuchar no significa nada porque yo juego con mis ojos, no es necesario escuchar. Puedo comunicarme con la gente del equipo y realmente no hay diferencia", indicó Murashige durante una entrevista realizada previo al partido jugado contra el equipo Mojoe, el fin de semana en las canchas Golf Links, en el este de Tucson.
Murashige no jugó el primer tiempo del partido porque había un problema con su registro, el cual fue arreglado y pudo ingresar a la cancha para la segunda mitad del encuentro. "Yo sé que perdemos la mayoría de los juegos, en ocasiones ganamos, probablemente no somos el mejor equipo, la mayoría de las jugadoras en nuestro equipo no tienen experiencia en el fútbol, pero venimos aquí y jugamos como un equipo y definitivamente no somos las ganadoras", comentó entre sonrisas al final del partido perdido con un marcador de 2-0.
Para Juliane Apfel, este era su primer juego con un equipo de fútbol ya que anteriormente había jugado en un equipo de Baloncesto de sordomudas.
La jugadora manifestó que lo más difícil de este juego fue la comunicación, sin embargo le gustó la experiencia. "Definitivamente jugaré hasta que termine la temporada", indicó Apfel, de 21 años de edad.
En otra cancha, tres generaciones de guatemaltecas hacen historia con el equipo La Tortura que lleva ocho años en la Liga. Elsa Boirin, capitana del equipo comentó que todo inició entre mi mamá, mi tía y yo cuando decidimos hacer un equipo de mujeres al cual dieron el nombre de La Tortura por la canción de Shakira.
La capitana, de 34 años de edad, juega como defensa derecha, mientras su hija, Sara Boirin, de 15 años de edad, cuida el arco. Sara se unió al equipo en la temporada pasada. Según Boirin, guatemalteca que emigró en 1984 con su abuela huyendo de la guerra civil de este país, el nombre del equipo ha motivado a otras latinas a registrarse.
Aclaró que el fútbol es su pasión desde niña porque creció viendo jugar a su madre, Elsa DeLeón, quien le dejó el equipo a su cargo cuando se mudó a California.
La jugadora establecida en Tucson con su esposo y sus tres hijas manifestó que el fútbol de mujeres empieza una nueva etapa en este país. "Creo que con el equipo de Estados Unidos y el Mundial se está iniciando más seguidores para el fútbol de mujeres. A mí me interesa mucho, mis hijas juegan y a mí me encanta verlas jugar y las apoyamos en todos los juegos que van", agregó.
Su equipo, La Tortura, tuvo ocho jugadoras en la cancha y perdió por 6-1 contra el equipo Ragtag. Estas mujeres, amas de casa, profesionales, madres de familia, con discapacidades o diferencias culturales, se unen en este deporte para celebrar con la misma palabra usada en cualquier idioma: ¡Gol!. (EFE)
