El estadounidense David Oliver encabezó el doblete estadounidense en la final de 110 metros vallas de los mundiales con la mejor marca mundial del año (13.00), en una carrera que dejó fuera del podio al defensor del título y al plusmarquista mundial.
Estados Unidos, que aspiraba a copar el podio con tres de sus cuatro representantes en la final, sólo dejó escapar el bronce, que fue para el ruso Sergey Shubenkov con 13.24. Entre los dos se intercaló Ryan Wilson con 13.13.
Fracasaron sin paliativos los otros dos norteamericanos. Jason Richardson, que defendía título, llegó cuarto, a tres centésimas de Shubenkov, y Aries Merritt, plusmarquista mundial y campeón olímpico, sexto con 13.31.
En semifinales había caído, literalmente, el jamaicano Hansle Parchment, medallista de bronce en los Juegos de Londres, que tropezó con un obstáculo y terminó tendido sobre el carril uno.
En la misma serie, ganada por Richardson con 13.34, Merritt había pasado por los pelos, tercero con 13.44.
Por otra parte, a jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, una pequeña de 1,52 metros de estatura, hija de una velocista, volvió a erigirse en reina del esprint, como en los dos últimos Juegos Olímpicos, al ganar la final del mundial de 100 metros en 10.71 segundos, la mejor marca mundial del año.
Un día después de que Usain Bolt recuperase el cetro de la misma distancia que había perdido por descalificación en Daegu 2011, Jamaica ha reiterado su hegemonía mundial en la velocidad, ya sea en hombres o en mujeres.
No importó que saliera algo lenta (174 milésimas). Su espectacular puesta en acción, con pasitos cortos y potentes, la puso en cabeza rápidamente y fue alejándose cada vez más hasta cruzar la raya 22 centésimas antes que la marfileña Murielle Ahoure, la ventaja más amplia sobre la segunda en las 14 ediciones de los Mundiales. La estadounidense Carmelita Jeter, defensora del título, llegó tercera con 10.94, por delante de su compatriota y campeona nacional English Gardner.
La nigeriana Blessing Okagbare, llamada a disputar el oro a Fraser-Pryce, comenzó a notar los efectos nocivos de una ambición tal vez excesiva porque se propone correr aquí tres pruebas individuales. Ya fue subcampeona en longitud; hoy sólo pudo llegar sexta con 11.04, y todavía le queda el 200.
La neozelandesa Valerie Adams, doble campeona olímpica (Pekín y Londres) y tres veces campeona mundial en lanzamiento de peso, se convirtió en la primera mujer que obtiene cuatro medallas de oro consecutivas en Mundiales al imponerse en la final con una marca de 20,88 metros.
Se trata de su victoria consecutiva número 39, más cantada que nunca después de sus 20,90 en Londres a finales de julio. Si hace dos años ganó el título en Daegu con nuevo récord de Oceanía (21,24), hoy le bastó con 36 centímetros menos.
El concurso careció de emoción. Adams lanzó la bala a 20,41 metros en su primer tiro y dejó sentenciada la contienda porque ninguna de sus rivales se le acercó. Luego mejoró hasta los 20,88 en el tercero.
La alemana Christina Schwanitz, campeona de Europa bajo techo en marzo pasado, demostró que los nervios que la atenazaban en las grandes competiciones son cosa del pasado. Hoy batió su récord personal con un tiro de 20,41 que le dio la medalla de plata. El tercer puesto, con 19,95, fue para la china Lijiao Gong -bronce olímpico en Londres y mundial en Daegu-, que arrebató por un centímetro la presea a la estadounidense Michelle Carter, que llegaba segunda del ránking mundial con sus 20,24 de junio pasado -récord nacional-.
El polaco Pawel Fajdek sorprendió al gran favorito, el húngaro Krisztian Pars, y se alzó con la medalla de oro en la final mundialista de martillo con la mejor marca mundial del año (81,97). Pars, Campeón Olímpico en Londres 2012, estaba invicto este año después de participar en doce competiciones antes de los Mundiales, pero la número 13 le resultó fatídica.
Su única derrota coincide con el momento cumbre de la temporada. La final adoptó un guión imprevisto cuando Fajdek, de 24 años, reciente campeón de la Universiada de Kazan, aquí en Rusia, lanzó 81,97 metros en su primer esfuerzo, una marca que pareció bloquear mentalmente a Pars. El húngaro no pasó de los 80,30 aunque se lleva como consuelo la medalla de plata. El checo Lukas Melich completó en podio con un lanzamiento de 79.36.
Raphael Holzdeppe, un atleta de origen africano adoptado, a poco de nacer, por una pareja alemana, protagonizó la gran sorpresa de la tercera jornada de los Mundiales al batir al Campeón Olímpico de pértiga, Renaud Lavillenie, que aspiraba a dar a Francia su primer título mundial en esta disciplina.
La escuela francesa de pértiga, que ha logrado seis medallas en campeonatos del mundo, tendrá que seguir esperando su primer oro. Si había una prueba, fuera de aquellas en las que compite Usain Bolt, con un favorito claro en estos Mundiales, esa era la pértiga masculina, tal es la superioridad exhibida en los dos últimos años por Lavillenie, Campeón Olímpico y líder mundial de la temporada con los seis mejores saltos del año, incluido uno de 6,02 que ejecutó en Londres en su última competición antes del Mundial.
Al podio subió con ellos otro alemán, Bjorn Otto, con 5,82, la misma marca que el estadounidense Brad Walker pero con menos fallos. Curiosamente, en la final de pértiga había por segunda vez dos hermanos. Valentin, cuatro años más joven que Renaud, abandonó llorando la prueba tras fallar en su primera altura (5,50). La primera vez que hubo dos hermanos en la final fue en Stuttgart'93, donde compitieron los Bubka, Sergey (campeón) y Vasily (noveno). (EFE)