Eudazio Da Silva es brasileño y durante años se ganó la vida haciendo música con unos cocos y poniendo voz a sus propias letras en playa Cumbuco hasta que dejó los acordes por el kiteboard, un cambio que le ha permitido situarse entre los mejores del mundo en esta modalidad.
Con 19 años, el joven de Fortaleza en Brasil ha quedado cuarto hoy en las pruebas de freestyle del Campeonato Mundial de Windsurfing y Kiteboarding de Fuerteventura, que estos días se celebra en Playa de la Barca en Jandía (Islas Canarias), y sigue quinto en el mundial.
El joven, minutos antes de saltar al mar con su cometa, explica a Efe cómo se ganaba la vida haciendo música con la única intención de llamar la atención de los turistas y recibir, a cambio, una propina. Da Silva recuerda cómo se inició en el kiteboard, un deporte que desconocía hasta que vio a un amigo suyo practicándolo.
"Me llamó la atención, le pedí prestado el equipo para probarlo y decidí continuar", aclara. Los primeros pasos de Da Silva en el Kite transcurrieron entre la búsqueda de patrocinio y la ayuda de otros compañeros a los que recurría para que le prestaran el material necesario para competir.
En 2006 este joven, miembro de una familia numerosa, empezó a recibir los primeros triunfos, tras quedar tercero en unas pruebas en Brasil a las que asistía con un kite prestado. A partir de ahí, ha ido sumando victorias en una carrera que espera poder exprimir al máximo.
"Quiero dedicarme al kite toda la vida y cuando deje la competición intentaré montar una escuela de kiteboard", explica. Es la primera vez que compite en Fuerteventura y aunque sus avances centran la atención de los numerosos seguidores del kiteboard del campeonato majorero, comenta que las condiciones en la isla son muy duras con viento fuerte y racheado, frente a Brasil donde es constante.
Da Silva se ha convertido en uno de los protagonistas del campeonato de Fuerteventura después de protagonizar el primer día de competición una de las hazañas más comentadas de esta edición. En plena prueba, su cometa se estropeó y, lejos de retirarse, corrió a la arena para pedir prestado otro kite.
Tras conseguirlo, volvió al mar y, en un minuto, consiguió cuadrar varios saltos durante la manga que le permitieron recibir una excelente puntuación de los jueces y el aplauso del público. Junto a Da Silva se deja ver estos días por Playa de la Barca Rhamon Juan, otro de los competidores surgidos en Fortaleza.
Ha tenido menos suerte que Da Silva y no ha conseguido pasar al cuadro final, aunque celebra haber competido este año, por primera vez, en Europa y los triunfos que ha ido cosechando desde que se inició en el kiteboard en 2006.
El kite ha permitido a Eudazio Da Silva y Rhamon Juan tener un futuro vinculado a la alta competición y diferente al de muchos jóvenes de su país. Sin embargo, ambos se quejan de lo difícil que resulta conseguir patrocinio y llaman la atención sobre los más de treinta jóvenes de La Fortaleza que, a pesar de ser muy buenos, aún no han encontrado quien les respalde y les permita dar el salto a la primera línea del kiteboard. Por Eloy Vera (EFE)