La realización de ese sueño infantil que lo introdujo en el béisbol, hace más de 30 años, finalmente se concretó para Pedro Grifol. Y se cumplió en grande, de una manera que ni él se esperaba cuando comenzó este 2013.
Luego de corregir y enderezar el ritmo de su ofensiva, con el miembro del Salón de la Fama, George Brett, al frente, los Reales de Kansas City decidieron entregarle las riendas de la conducción ofensiva a Grifol para esta parte final de la campaña. El cubano, quien había comenzado la campaña trabajando en la sucursal de novatos de los Reales, recibió la oportunidad de estar por primera vez en su carrera en Grandes Ligas, cuando éstos despidieron a Jack Maloof, quien era el coach de bateo.
En ese momento el movimiento de Kansas City fue colocar a Brett, quien se desempeñaba como vicepresidente del club, en el cargo de forma interina y subir a las mayores a Grifol, para que asistiera al inmortalizado miembro de Cooperstown en sus labores de instructor de bateo.
El trabajo que desempeñó Grifol junto a Brett llamó la atención de la directiva del equipo, que al llegar el tiempo más oportuno, y tras consultarlo con el propio George, decidieron pues entregarle la responsabilidad completa y total de tomar bajo su mando la conducción de la novena del equipo.
"Estoy muy agradecido con la organización de Kansas City que me ha brindado esta oportunidad. Estoy muy agradecido también de haber trabajado con George Brett, quien era un ídolo mío cuando jugaba, estar ocho semanas con él, hablando con él todos los días ha sido una ventaja y una bendición para mi carrera", dijo Grifol, quien agregó: "Dios le dio a uno dos oídos y una boca, cuando uno está con una persona como él (Brett) lo que hay es que cerrar la boca y escucha todos los días las cosas que dice y aprender de eso, de las historias que dice.
El todos los días traía algo diferente para el estadio, para los jugadores, para mí. Fue un orgullo trabajar junto él". En el momento en el que los Reales, el pasado jueves 25 de julio, dieron su rueda de prensa para anunciar el ascenso al cargo de coach de bateo de Grifol, el legendario tercera base de la organización se refirió al cubano con las siguientes palabras:
"El es un muchacho que está bien preparado, que tiene el conocimiento, sabe cómo hacer su trabajo y tiene una gran relación con los bateadores". Esas palabras de reconocimiento le infundieron a Grifol mayor confianza y seguridad para su nuevo rol, en el que tiene como ventaja el poder comunicarse con todos los peloteros en su mismo idioma, sin importar que sean de habla inglesa o hispana. Eso ha sido factor importante en la buena relación que ha creado con los jugadores y que destacó Brett.
"Es una ventaja grande, porque la comunicación con los peloteros latinos, aunque muchos de ellos en este nivel entienden bien el inglés, se sienten más cómodos y con más confianza cuando uno se comunica rápido y le da instrucciones en el medio de un juego. En ese sentido es una gran ventaja saber el idioma, porque lo entienden más rápido y se puede sentir más cómodo con uno", expresó Grifol.
El cubano sabe que no está llegando a las Grandes Ligas a enseñar a batear a ningún hombre de este nivel, pero asegura que sus aportes pueden ser beneficiosos a la hora de darle confianza a los bateadores y de tratar de llevar su productividad ofensiva a un grado más alto de desarrollo y consistencia, entiende también la psicología del bateo.
"Es una cosa bien difícil (el bateo), porque son dos partes, una física y otra mental. Yo tengo que estar ahí para ellos en las buenas y en las malas, comunicarme bien con ellos para ponerlos en una posición positiva y prepararlos mentalmente para que puedan venir a competir aquí todos los días.
En este nivel todos saben batear, pero algunas veces las mecánicas de ellos se desvían un poquito y el trabajo mío es mirar videos, mirar cómo ellos lo hacían cuando tenían éxito en este nivel", dijo el nuevo coach de bateo de los Reales, quien agregó: "Psicólogo no soy, porque no estudié eso, ni me gradué en eso, pero soy inteligente del béisbol, una persona que pasó por muchas cosas en ligas menores y que sabe que debe entender dónde están ellos los bateadores- mentalmente cuando fallan en un turno, en un día o en dos días. Esa parte mental es muy importante y prepararse bien en el BP, prepararse bien antes del juego para que tenga una mente positiva para cuando comience el juego también es importante".
Antes de ocupar este cargo y de llegar a los Reales de Kansas City, Grifol había estuvo 13 años con la organización de los Marineros de Seattle, con los que ocupó diversos cargos, pasando por ser coach en ligas menores, manager, scout y director del sistema de granjas de los navieros.
Como pelotero fue receptor y estuvo nueve campañas en las menores, en donde estuvo con los Mellizos de Minnesota y los Mets de Nueva York. Nunca recibió el llamado a Grandes Ligas en su carrera como jugador, en la que alcanzó en dos ocasiones la categoría triple A. De por vida fue un bateador de .226, con porcentaje de embasado de .276, slugging de .323 y OPS de .599.
"Todo el mundo en este juego que ha hecho lo que he hecho yo y que empieza por debajo, como empecé yo, sueña en llegar a este nivel. Pero yo nunca miraba en llegar aquí, solo me concentraba en el trabajo que tenía en ese momento. Tengo mucha fe y dejo que las cosas pasen como pasen. Yo estaba en la rookie este año, cuando comenzó la temporada y no me imaginaba que iba a estar en esta altura de la temporada en Grandes Ligas.
Espero hacer un buen trabajo y quedarme aquí en cualquier cupo que me pongan. Siempre trato de hacer lo mejor que pueda en cada situación en la que estoy", dijo Grifol, de 43 años de edad.
Por Billy Russo Especial para ESPNDeportes.com