Cincinnati, Ohio — El bailarín cubano Cervilio Miguel Amador orientó su espalda hacia el plato igual que el serpentinero dominicano Johnny Cueto. Después ejecutó dos piruetas, aterrizó con elegancia y efectuó el lanzamiento ceremonial contra el taponero cubano Aroldis Chapman de los Rojos de Cincinnati.
Ballet, béisbol y un doble giro.
Amador y Chapman compartieron un momento especial antes del partido del domingo de los Rojos contra los Cerveceros de Milwaukee. Ambos salieron de Cuba hace muchos años y cada cual ha hecho su notoria carrera en Cincinnati, donde se volvieron amigos.
Chapman le echó la mano al bailarín, que había querido siempre lanzar una bola en un partido de los Rojos por ser gran aficionado al béisbol.
El bailarín le imprimió su sello propio al lanzamiento. "Hice el movimiento preparatorio para soltar la bola como lo hace Cueto y me salió; después una doble pirueta", dijo Amador en referencia al salto de dos giros con que desafió la gravedad frente al montículo.
¿El lanzamiento? en su lugar. ¿Los nervios? También. "¿Saben? Me puse nervioso cuando avanzaba hacia el montículo", expresó Amador.
El cubano ha actuado ante miles de personas como uno de los principales bailarines del Ballet de Cincinnati, en el que ha ocupado esa posición en los últimos ocho años. "Me vino a la mente lo que siento poco antes de salir al escenario y comenzar la actuación.
El corazón palpita fuerte. "Me dije "sólo respira, puedes hacerlo". ¡Fue muy divertido!", afirmó.
Ambos cubanos famosos disfrutaron la oportunidad de compartir este momento. Cervilio Miguel Amador salió de Cuba en 2003 y se incorporó al Ballet de Cincinnati. Aroldis Chapman escapó en 2009 y firmó contrato con los Rojos de Cincinnati.
Ambos se conocieron en la fiesta de cumpleaños de un amigo común y entablaron amistad; también son personalidades influyentes en la unida comunidad cubana de Cincinnati. "Desde que lo conocí (a Amador) hemos tenido una excelente relación", dijo Chapman. "Es una gran persona".
Amador jugó de niño béisbol en las calles de Cuba, pero la danza era lo suyo. Chapman le ayudó a alcanzar uno de sus sueños y lo asistió con el lanzamiento ceremonial.
Le dio algunos consejos para soltar la bola a fin de prepararlo antes del partido del viernes. Después de su ejecución acrobática, Amador recibió la pelota de Chapman para que se la quedara como recuerdo y se dirigió al barandal de la cueva de los Rojos para una conversación larga y animada con el piloto Dusty Baker, que visitó hace algunos años Cuba dentro de una gira diplomática a favor de las artes. Por Joe Kay / Associated Press