CHICAGO — Una nueva cosecha ha llegado a la vitrina de honores de un hombre que hace 62 años irrumpió en Chicago, tras salir de Cuba, para romper barreras y paradigmas. Saturnino Orestes Armas Arrieta Miñoso, mejor conocido como Minnie Miñoso, fue seleccionado como el ganador del premio Roberto Clemente a la Excelencia Deportiva, un reconocimiento que es entregado por el Consejo Nacional de La Raza.
El galardón reconoce la labor realizada por Miñoso tanto dentro como fuera del terreno, donde quizás tuvo que librar más batallas para lograr una completa y justa integración a la sociedad, en la cual hoy todavía vive y se desenvuelve.
Será el próximo 23 de julio, en New Orleans, cuando Miñoso reciba su distinción, en un acto que contará con la presencia de la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama. Minnie, nombre que tomó "el Cometa Cubano" para que su aceptación fuera más fácil en el nuevo mundo en el que se introducía, se convirtió en el primer jugador negro en actuar en la ciudad de Chicago para un equipo de beisbol profesional, luego de que los Medias Blancas lo obtuvieran en un cambio con los Indios de Cleveland.
Debutó en las Grandes Ligas en 1949, sólo dos años después de que lo hiciera Jackie Robinson–el primer afro-descendiente en actuar en las mayores–con los Dodgers de Brooklyn.
Durante 12 temporadas, Miñoso vistió y representó la camiseta de los Medias Blancas, siendo un ejemplo para la comunidad y comprobando el compromiso y la confianza que los Sox le tenían a los peloteros y a la raza latina.
"El Cometa Cubano" fue el primer pelotero negro proveniente de Latinoamérica y el Caribe en participar en un Juego de Estrellas. Lo hizo precisamente el mismo año (1951) en el que uno de sus compañeros y mejores amigos, el venezolano Alfonso "Chico" Carrasquel, se convirtiera en el primer latino en la historia de Grandes Ligas en participar en un Clásico de Estrellas.
Carrasquel fue una de las figuras que mayor contribución y soporte le dio a Minnie durante la época de su integración, ya que al cubano no podía entrar en todos los restaurantes y bares a los que iban los peloteros de los Sox en esos años.
En especial cuando estaban jugando en otras ciudades, era el venezolano que le debía ordenarle la comida y servirle como facilitador. Miñoso, sin embargo, sorteó todas esas dificultades con entereza y nunca se rindió ni se dejó vencer; por el contrario, siempre encontraba en esas situaciones la fortaleza para seguir adelante y forjar lo que al final se convirtió en su legado dentro y fuera del beisbol: Pasión, entrega, dedicación y esfuerzo por alcanzar los objetivos y derrumbar las barreras.
Nacido el 29 de noviembre de 1925 en La Habana, Cuba, Miñoso fue cimentando las bases para la apertura del beisbol y de la comunidad de Chicago a las nuevas razas que llegaban a medida que su aceptación se fue dando, por su trabajo en el campo, donde más allá de sus habilidades y destrezas físicas transmitía carisma y don humano.
Esas cualidades de Minnie hicieron que luego de culminar su carrera, en la que actuó en siete Juegos de Estrellas y ganó tres Guantes de Oro como defensor del jardín izquierdo, se convirtiera en embajador comunitario de los Medias Blancas, apoyando, contribuyendo e incentivando a las actividades sociales de los Sox, con las que se ha mantenido unido hasta el día hoy, en el que su legado tanto dentro como fuera del terreno de juego sigue intacto.
Por esos hechos, por ese esfuerzo y por esas acciones es que Minnie Miñoso es reconocido este año por el Concejo Nacional de la Raza con el premio Roberto Clemente–un nuevo logro que irá a su vitrina. Por Billy Russo / Especial para OrgulloSox.com