Inmejorable la final que habrá en la final femenina de Roland Garros. Serena Williams y Maria Sharapova se verán las caras, haciendo valer su condición de grandes favoritas al título.
La americana se paseó ante Sara Errani, a la que acribilló por un doble seis cero en menos de una hora de partido. Ahora buscará levantar un trofeo que sólo ha ganado una vez, en 2002.
Poca historia tuvo el partido. El marcador refleja por sí solo la superioridad de la hermana pequeña de las Williams, que no dejó que Errani tomara ni siquiera una bocanada de aire. La italiana, con un récord negativo de 29-1 ante las top 5 del mundo, pareció salir amedrentada, sabiéndose perdedora desde el calentamiento.
Ya el primer juego fue descriptivo de lo que vendría a continuación: cuatro puntos seguidos de Serena desde el saque para, a continuación romperle el saque a su rival en la segunda bola de break de la que dispuso. Esa fue la tónica habitual del set.
La americana ganaba sin problemas su saque para, luego, sumar más puntos desde el resto. Ante la pasividad de la europea, Serena no tuvo piedad y le acabó endosando un "rosco". Con la cabeza gacha salió Errani al segundo set. Sabía que el partido era irremontable, por lo que se dedicó a solventar el trámite con la mayor dignidad. Serena empezó ganando los tres primeros juegos -dos de ellos en blanco.
El 0-30 del cuarto juego parecía indicar que Serena podría ganar de nuevo un set dejando a su rival a cero juegos, pero la italiana tiró de orgullo para, al menos, colocar un "uno" en el luminoso.
Ahí acabó la combatividad de una Errani cuyo problema no está en el físico o en la calidad, sino en su capacidad para saber afrontar los partidos ante las mejores del mundo. Tras 46 minutos de partido y casi sin sudar, Serena se plantó en la final de Roland Garros.
Allí la espera Maria Sharapova, número dos del mundo y actual campeona del torneo. La cita, el sábado a mediodía./lainformacion.com
