Juventus, Milán, Inter, Nápoles, Roma, Lazio, Fiorentina… y Sassuolo. Con poco más de 40.000 habitantes, esta ciudad de la región italiana de la Emilia-Romaña ha unido por fin su nombre al de los grandes clubes y la próxima temporada, después de 91 años peleando en las categorías más modestas, hará su debut en la Serie A.
Con apenas dos millares de abonados, ha conseguido ascender como campeón en la Serie B y se ha ganado el corazón de los aficionados italianos. Su trayectoria recuerda a la que en su día protagonizaron en España conjuntos como el Extremadura o, más recientemente, el Villarreal.
La población de Sassuolo vive mayoritariamente de los empleos que generan las industrias de terrazo de esta zona e históricamente ha visto al club más representativo de la ciudad peleando en campos de tierra. Sin embargo, la llegada al palco de Giorgio Squinzi ha cambiado la cara a un conjunto que este año cumplía ya su quinta temporada en la Serie B.
El presidente de la empresa Mapei, apasionado del ciclismo que hace años fue el patrón de uno de los equipos más potentes del pelotón, ha aportado soporte económico y el Sassuolo ha alcanzado finalmente el objetivo del ascenso.
Tras dos intentos fallidos en los play-off (2009-10 y 2011-12), ha visto cumplido el sueño. Después de figurar como líder durante gran parte del campeonato, el Sassuolo selló el ascenso en la última jornada en un apasionante duelo que acabó con victoria ante el Livorno (1-0), que también luchaba por regresar a la Serie A.
En un partido tenso, en el que sufrió dos expulsiones, el conjunto verdinegro tocó el cielo en el tiempo de prolongación gracias a un tanto de su mejor jugador esta campaña, el centrocampista Missiroli.
No es el único que ha llamado la atención de grandes clubes.Futbolistas como Berardi, Boakye o Pavoletti también han sido vigilados de cerca por ojeadores.
El Sassuolo es un equipo tan modesto que ha tenido que desplazarse 30 kilómetros en todos sus partidos como local para jugar en Módena, en el estadio Alberto Braglia, porque su casa, el Enzo Rici, no cumple con la reglamentación para acoger partidos de la Serie B.
Una categoría a la que ascendió en la temporada 2007-08 con el ahora milanista Massimiliano Allegri, éxito que permitió al técnico dar el salto al banquillo de Cagliari, en la Serie A.
El inconveniente de los desplazamientos y el rigor impuesto por Squinzi en los contratos no han sido impedimentos para el éxito de una plantilla en la que solo han figurado tres futbolistas nacidos fuera de las fronteras italianas./ Jorge A. Moreno, ABC.
