OAKLAND, California, EE.UU. (AP) — Haciéndose pasar como un repartidor de pizza, el cerrador Mariano Rivera de los Yanquis sorprendió a la veterana empleada de los Atléticos Julie Vasconcellos visitándola en la sala de correos en la que ha trabajado durante 25 años.
El serpentinero panameño llevaba una pizza en una caja el miércoles por la noche e hizo llorar de emoción a Vasconcellos al agradecerle sus dos décadas y media de servicio.
"Esta es mi forma de decir gracias, gracias por lo que haces", le dijo Rivera a Vasconcellos.
"Veinticinco años, Julie, ¡eso es excelente! Tú eres especial, Julie. La gente aquí te quiere". Rivera, de 43 años, le autografió una pelota a Vasconcellos, la abrazó y posó para fotos con ella, tras lo cual ambos charlaron unos 10 minutos.
"¡Oh, el corazón se me está saliendo, Dios mío!", dijo Vasconcellos, quien en un momento dado tuvo que sentarse. "Estoy temblando… Oh, esto es muy cómico. Gracias". Rivera le preguntó si ella estaba bien, a lo que Vasconcellos respondió: "Estoy simplemente sorprendida. Jamás se me olvidará tu rostro", lo que hizo que el panameño se riese.
El serpentinero dijo que esta era la muestra más creativa de aprecio que ha hecho durante su gira de despedida antes de retirarse una vez concluya su 19na campaña en las mayores.
Rivera está haciendo cosas similares en cada ciudad que visita con los Yanquis, aprovechando la escala para alegrarle el día a una persona. "Me encanta, estoy disfrutando cada minuto", dijo Rivera.
"Todos tienen su propia personalidad. Yo decidí antes de los entrenamientos de primavera que quería hacer algo diferente y asegurarme de que le daba las gracias a los fanáticos… no sólo a los aficionados de siempre, sino también a aquellos tras bambalinas, como Julie, que han estado aquí más de 20 años. Es maravilloso".
Rivera y Vasconcellos tienen algo en común: el próximo retiro. "Me encanta mi trabajo, pero espero retirarme pronto", dijo Vasconcellos. "Yo estoy listo, Julie", replicó Rivera con una sonrisa.