LE MANS. Por fin lo logró. De sonrisa fácil y accesible, amante de la velocidad y las carreras, el mexicano Ricardo González está soñando despierto, pues luego de haberse retirado del mundo del automovilismo durante siete años, el volante mexicano regresó a las pistas para encontrarse con una de las glorias más grandes a las que cualquier piloto podría aspirar: ganar en las 24 Horas de Le Mans.
Superando la adversidad, Ricardo tomó su primer turno en el trazado de le Sarthe, justo cuando la noticia de que Allan Simonsen había muerto, a consecuencia de las lesiones producidas por un accidente al inicio de la carrera.
Sin perder el valor o la concentración, el piloto mexicano salió a luchar por el liderazgo. La configuración de su prototipo desde el inicio de la carrera comenzó a dar señales de fortaleza, así que no tardaron en encontrar a sus rivales más duros.
Tras haber librado las primeras lluvias que cayeron durante la tarde, el duelo más duro que sostuvo el bólido 35 del equipo OAK Racing, llegó en medio de la noche, justo cuando varios errores encadenaron a los autos en varias ocasiones con banderas amarillas y ellos saltaban de la novena a la décima posición general.
Afortunadamente, tanto Ricardo como sus coequiperos, Martin Plowman y Bertrand Baguette, no perdieron en ningún momento el control del auto, impulsado por un motor Nissan, para, en el duelo final dar cuenta de sus rivales y hacerse de la séptima posición general, como el auto más rápido de la categoría preestelar, LMP2.
Tras 24 horas 3 minutos y 27.293 segundos, apenas 19 vueltas por detrás del Audi más rápido de la justa, el prototipo de Ricardo cruzó la línea de meta luego de 329 giros al circuito, tres más que de sus más cercanos rivales, también del equipo OAK, una hazaña estuvo muy cerca de la hecha por los bólidos de los equipos oficiales, que lograron colocar a dos Toyota y tres Audi, en los primeros cinco lugares.
Para asegurar la carrera e incrementar la emoción del resultado final, el bólido de Ricardo todavía entró a pits por una última recarga de combustible a poco menos de seis minutos de que cayera la bandera a cuadros.
Al finalizar la gran hazaña, en medio de una gran celebración Ricardo aseguró que su “equipo tuvo el coche para ganar una carrera desde el principio del campeonato” y con una gran ilusión aseguró que “pensé que podía ganar Le Mans, pero era difícil, así que estoy muy contento por el equipo y por mis compañeros”.
Sin falsas modestias, aseguró que está consciente y muy feliz por el hecho de que en esta carrera: “Hay muchísima historia y estoy feliz de ser parte de ella”, finalizó.
Con este resultado, detrás de la leyenda de Pedro y Ricardo Rodríguez, Ricardo González se convierte en el mexicano con el mejor resultado dentro de las 24 Horas de Le Mans, justo a 90 años de que se corriera esta competencia por primera vez. (Excelsior)
