La historia se las trae. Durante un partido de fútbol amateur en Sarajevo, Dusko Krtalica, portero de uno de los equipos, sintió un fuerte dolor de cabeza durante el partido, pero pensó que era como consecuencia de un golpe contra uno de los postes. Sin embargo, al final del partido y tras ser llevado a un hospital, descubrieron que tenía una bala alojada en su cerebro.
Según el periódico local Dnevni Avaz, el portero, de 51 años de edad, pudo terminar el partido encajando solo un gol, pero pronto se quejó de que no podía mover uno de sus brazos y que tenía dificultades para hablar.
Por este motivo fue conducido a un hospital cercano y allí los médicos se sorprendieron al ver que una bala de 9 milímetros estaba alojada en su cráneo. Krtalica fue trasladado de inmediato al departamento de neurocirugía y la bala fue retirada.
Un portavoz del hospital apuntó que la operación fue todo un éxito y ahora el portero se encuentra en situación estable.
Esta extraña historia plantea tantas preguntas: ¿Cómo es posible que alguien no note una bala que entra en su cráneo? ¿Cómo podría esta persona sentirse lo suficientemente bien como para jugar 90 minutos un partido de fútbol en estas condiciones? ¿Quién disparó al portero en este torneo amateur?
Sólo la última de estas preguntas tiene respuesta. La policía local peinó la zona para descubrir su procedencia y descubrió que la bala vino de unos disparos al aire durante las celebraciones en una boda que tuvo lugar cerca del campo de fútbol, donde se encontraron otros 12 cartuchos.
Un hombre de 42 años de edad fue posteriormente detenido en relación a este incidente. (Eurosport)