En el tercer partido de la final de la Conferencia Este, en el Bankers Life Fieldhouse de Indianapolis, los Miami Heat se tomaron ante los Indiana Pacers una sonora revancha de sus recientes fiascos en Miami y, literalmente, pasaron el rodillo sobre los Pacers: un demoledor 96-114 para los Heat devuelve la ventaja del campo para Miami, que ahora puede aguardar el cuarto partido, el martes en Indianapolis, con la tranquilidad de haber retomado el control de la serie. Se llama ‘statement game’: un partido como una declaración de principios para dejar las cosas claras.
Los Phoenix Suns anunciaron que han llegado a un acuerdo con su exjugador Jeff Hornacek (también cortejado por sus antiguos patrones de Utah) para que Hornacek ocupe el cargo de entrenador-jefe en la franquicia de Arizona. Y en Indianapolis, la ofensiva de los Miami Heat pasó a la carga desde el primer cuarto con uso de armas de gran calibre, como un par de triples del versátil Chris Bosh: balance final de 15 puntos, tres rebotes y 2/3 en tiros de tres. Con el segundo triple de Bosh, en el minuto cinco, Miami pasó al frente con 14-16, de paso para el 30-34 del primer cuarto: a partir del 30-30 del minuto 11, los Heat ya nunca cederían el liderazgo. En ese primer cuarto, el pívot ‘pacer’ Hibbert combatía duramente en las zonas (ocho puntos), pero Bosh salía fuera y llegaba a la decena de tantos usando su tirito exterior. El descanso ya se cruzó con 56-70, después del parcial de 26-36 para los Heat en el segundo cuarto: Miami iba a ganar los marcadores parciales de cada uno de los cuatro cuartos.
A lomos del colosal Hibbert (20 puntos, 17 rebotes y dos tapones), los Pacers se acercaron hasta el 71-78 del minuto 30… sólo para verse impotentes ante una nueva estampida de Miami, un 2-11 en cuatro minutos que liquidaba el partido con el 73-89 del minuto 34. La defensa de Indiana, ausente de presión y de ‘dos contra uno’, no podía controlar esta vez a las estrellas de Miami: Dwyane Wade, que al final no recibió suspensión por su codazo a Lance Stephenson en el segundo partido, capitaneó ese nueva carga que cerró el tercer cuarto con 76-91. Wade iba a firmar 18 puntos y ocho asistencias. Los Heat sellaron al final un espléndido 54,5% de acierto en tiros de campo (Indiana, 39,7%)… y por fin dominaron con claridad el departamento de rebotes: 36-45.
El último cuarto sólo sirvió para hacer oficial el resultado, tras ocho puntos casi de salida de los Heat: dos triples de LeBron James y Ray Allen (seis puntos) agrandaron la brecha hasta el 78-99 del minuto 39. Con 91-107, y en la entrada de los tres últimos minutos, los dos equipos vaciaron sus banquillos para dar minutos a los suplentes. En conclusión y en resumen, 96-114 y 1-2 para Miami.
LeBron acabó con 22 puntos (8/17 en tiros) y cuatro rebotes. Importante contribución de Udonis Haslem a la cuenta de los Heat: 17 puntos, siete rebotes. Tras los esfuerzos de Hibbert, 21 puntos de David West y 19 de George Hill fueron lo mejor de unos Pacers aún más desequilibrados por el mal día de Paul George en la oficina del Fieldhouse: 13 puntitos (más ocho asistencias), con 3/10 en tiros… y cinco pérdidas de balón. La ruleta de la fortuna ha vuelto a girar en Indiana y su flecha apunta otra vez a Miami. Todos se ven el martes: de nuevo, en Indianapolis. Pero, ¿podrán olvidar unos y otros esta paliza, este ‘statement game’…?/ Alejandro Delmás